Lolamaar

domingo, abril 30, 2006

 

Demasiado esperé para cambiar de lugar

Día de sol y demasiado viento en el piso trece. Es domingo y mañana es feríado. Tengo que estudiar y también escribir. No debería sentir que hay tiempo libre, y sin embargo... Me desperté a eso de las diez. Pocos minutos después llamaste. Hablamos. Cuando me preguntaba qué hacer y por dónde empezar, barrí el living y volví a la cama. Dormí hasta poco después de las doce y ahora un buen despertar.
En rock & pop hay rock & roll y está bien. Agua para el mate y unas tostadas. Miro por la ventana:
las hojas de los árboles se pusieron amarillas.
Es la primera vez que advierto cambios de colores desde aquí. Las mutaciones de la ciudad a lo largo del año.
Ayer fui al cine a ver Batalla al cielo, una película mexicana sobre la que había visto un documental en el BAFICI. Cuando uno va solo al cine en general no se sienta al lado de nadie, a menos que no haya otra ubicación mejor (o a menos que veas un chico/a que está buenísimo/a, y quizá ni así). En el gaumont había mucho lugar. Me senté por la mitad de la sala, con un asiento libre entre un chico y yo a la derecha y lo mismo hacia la izquierda. Poco después de comenzada la película un hombre grande, de unos sesenta años, pidió permiso y se sentó junto a mí. Yo estaba algo dormida. Su pedido para pasar me despertó por completo. Seguí mirando la película. De pronto noté que este hombre se movía. Miré de reojo. Lo seguí observando y descubrí que no miraba la película, tampoco me miraba a mí directamente. Tenía la vista en un ángulo de cuarenta y cinco grados entre la pantalla y yo. ¿Qué miraba en ese costado o lateral de la sala? Traté de no prestarle atención pero había algo que me hacía sentir incómoda. Me di cuenta de que el tipo se tocaba. Me dio asco, me dio miedo. Me corrí lo más que pude hacia el lado contrario. Por momentos lograba concentrarme en la película, pero en ningún momento el tipo dejó de tocarse y yo de sentirme incómoda. Me daba vergüenza molestar al resto de la fila para ir a sentarme a otro lugar o cambiarme un asiento y sentarme al lado del chico con el que había dejado un lugar vacío en el medío. Me parecía que si me cambiaba de lugar para sentarme junto a él tendría que explicarle que el hombre de al lado se estaba tocando y eso también me incomodaba. Casi al final de la película decidí levantarme y cambiar de lugar. Me puse de pie, dije permiso y caminé para salir de la fila. El hombre que se tocaba hizo lo mismo. ¿Quería seguirme? Me dio un poco de miedo, pero tuve la lucidez de decirle “pase”, y dejarlo ir para volver a ocupar mi lugar.
Odié ir a ver esa película sola. La superchica a veces se derrite.

viernes, abril 28, 2006

 

Esta chica se está convirtiendo en mi fotógrafa preferida
con sus dosis de bellas miniaturas
http://www.chicaminiaturas.blogspot.com/

 

¿MultiTasking?

Ansiedad porque hay muchos trabajos pendientes pero no sé por dónde empezar. Hay un momento de mi tarea que consiste en preparar todo para lanzarlo al aire y después esperar. Lanzarlo a un diseñador, a un realizador, a una imprenta, a traductores, etc. Después de eso viene un momento de espera intranquila porque la realización de todos esos productos sigue siendo mi responsabilidad.
Igual. Es aburrido hablar de trabajo. La vida también tiene mil ventanitas abiertas que tengo que atender sin olvidar ninguna. Ya mandé el cortometraje a ese concurso. Ya intenté cambiar (sin éxito) el turno del dentista. Tengo que ver qué películas podré ver en el Festival de Cine Mexicano que dan estos días en el Gaumont.
Pero la sensación. De que debería encerrarme en casa. Que a veces hay que parar y no pensar todo el tiempo qué voy a hacer en un par de horas. Que estaría bien mejorar y terminar el cuento que estoy escribiendo. Leer todo lo que no leí para la facultad. Estudiar enserio. Debería quedarme en casa y producir. Mirar la lluvia, la luna o los edificios por la ventana. Aprovechar que mi amiga nessie me prestó una computadora vieja que me sirve para escribir.
Es que a veces, algunos días,
el silencio da tanto miedo.

jueves, abril 27, 2006

 

Los días sensibles

Llego al trabajo, leo tu mail, postales del viaje, y como una idiota me pongo a llorar. Primero mensaje por celular pero mejor te llamo: hay días que odio las palabras sin tono de voz. Atendés en el norte y tu voz es cariñosa como necesitaba. Por suerte la camioneta se detiene en una estación de servicio y podés hablar tranquilo. Corto y vuelvo a llorar. En la cocina les cuento a mis compañeros que estoy sensible y cuando lo digo me doy cuenta de que claro, hoy me indispuse, y aunque dicen que en general nos ponemos histéricas a mí me da por ponerme así: necesito mimos, ponerme el saquito porque tengo frío, que nadie me grite, que me alcancen un mate. Por suerte, tengo un adorado compañero de trabajo que presta su abrazo de hombre grandote y me hace sentir mejor. Alcanza un mate, después otro, y además me consigue la foto que buscaba ya al borde de la desesperación para el video que estamos armando. Lloro y me río y nos reímos.
Querido A.: con coequipers como vos no se necesitan enamorados.

miércoles, abril 26, 2006

 

Juegos de nena

Antes de mi rutina terapia-yoga estuve mirando libritos con Clara. Cuando vio uno de un gato y un ratón dijo ratón con una pronunciación perfecta. Cuando vio otro que tenía unos canutillos para contar, ella empezó uno, dass, trres, catro, cenco, seis, sieteeee, ochooo, neve, diz! Un poco más allá había un cochecito vacío de una nena que estaba con su papá leyendo, y Clarita me preguntaba mannina, ¿este cochechito?
Pasan los meses y ella quiere ser la que lleva el cochecito y no la viajera. Intenta con el suyo pero le queda demasiado alto. Hay que regalarle uno a su medida para que ella también pueda llevar bebés.

Ayer, entre los que comimos la picada que hicimos después de la clase de Yoga, estaban Q. y su reciente marido. Ella, además de ser alumna, vive en el mismo edificio de la clase. Cada quince minutos él se levantaba y salía porque tenía que poner a subir fotos del casamiento en un blog. Parece que la conexión telefónica no dejaba subir más de tres fotos juntas, y que la operación duraba quince minutos. Todo eso derivó en conversaciones sobre el casamiento en la ciudad entrerriana de La Paz. Mientras hablaban del asado, de las vacas seleccionadas para la ocasión, y de lo mal que nos hacen las hormonas de la carne que venden en las grandes ciudades, yo pensaba en los juegos de nena, en cómo yo también jugaba con un cochecito cuando era casi un bebé y en cómo ahora lo miraba a este hombre levantarse para subir las fotos al blog y con vergüenza de mí misma deseaba que eso alguna vez también me pase a mí.

martes, abril 25, 2006

 

Juegos en silencio

Camino a mi casa después del llamado, la despedida y los deseos de buen viaje. La soledad en el piso trece tiene un sabor extraño, por momentos dulce. Tenía ganas de llegar. Bañarme, cocinar y comer, leer, dormir. Encendí unas velas, puse el unplugged de Spinetta, dejé sólo la luz de la lámpara, el velador en mi habitación y la luz de la cocina mientras cocinaba una pechuga de pollo a la plancha. Cuando me doy cuenta de que paso muchos minutos en silencio haciendo diferentes acciones, recuerdo las clases de teatro y cómo era poner determinado énfasis en algún movimiento, o cómo era eso de que se veía el estado del personaje en la calidad que ponía en las acciones. También pienso en cómo sería escribir el guión de todo eso que estoy haciendo para que en su recreación sea exactamente así y no de otra forma.
Cuando estoy sola, mi casa está poblada de todos aquellos con los que hablo sin hablar.
Miro los edificios. Las luces que titilan.
Ceno a las nueve de la noche y nueve y media estoy leyendo en la cama. Un poco del Libro del Desasosiego y un capítulo más de la novela de Mairal. Se me cierran los ojos. Cuando paso varias páginas sin saber qué leí sé que debo apagar la luz.

lunes, abril 24, 2006

 
Salgo de la oficina algunos minutos después de las cinco. Alienada. Sin computadora debo ir a lo de mis padres a terminar un trabajo pendiente. Sin razón ni esfuerzo comienzo a cantar "A Starosta el idiota" de Spinetta en el célebre Artaud. Canto más fuerte. Me descontracturo de a poco. Voy por Arenales hasta Coronel Díaz. Me detengo unos segundos en la vidriera de Yenni. Sigo cantando. De pronto lo veo. Ya lo vi varias veces pero esta vez, sin razón y sin esfuerzo, me sorprendo. No dejo de cantar. Me mira. Charly García.

 

Conejos voraces

Soy la carne más tierna y jugosa para los conejos hambrientos. Demasiado trabajo demasiado desorganizado se vuelve más trabajo y un poco de stress.
El fin de semana fue rojo. Un poco en la casa de mis viejos, ellos en Rosario y mientras yo escribía ese monólogo que hoy tengo que terminar, vos leías en el living el libro que te presté. Hoy a la mañana, por teléfono, mi mamá preguntó con quién había comido. Detectivesca dijo. Sí. Y me reservé la respuesta.
Cine de la FUC el viernes y el domingo. Villegas el viernes y ayer los once jóvenes directores que hablan de Buenos Aires en una serie de cortometrajes o historias palalelas que no terminan de entenderse. Podría parecer resentida, pero no me gustó nada ninguna de las dos películas, cada una por motivos distintos, y menos me gusta esa lealtad con la escuela que compran a setecientos pesos por mes. No me gusta caer en esa forma de pensar que reflexiona sobre las influencias y posibilidades del dinero. Mucha gente con poco y nada también llega a mostrar sus trabajos, más o menos interesantes. Pero el BAFICI parece teñido por la FUC. Y eso me molesta un poco. Finalmente los premios y glorias pasan de unas manos a otras construyendo una realidad falsa donde por decir que eso es bueno se transforma en bueno, nuevo y original. El nuevo cine argentino es mucho cine argentino y mucho cine malo. La proliferación no me convence. Ciertas búsquedas estéticas se toman más tiempo o irrumpen sin preavisos. También irrumpen sin cuotas ni etiquetas. Me parece que hay que tener cuidado y los ojos abiertos. Hay un aire celebratorio que no tiene nada de crítico. Villegas gana una mención por la adaptación y el guión de la novela Los suicidas. El guión es un desastre. Nos mirábamos con S. sin poderlo creer. Esas frases imposibles de decir, ese poco criterio temporal, la desastrosa actuación de buenos actores. ¿Quién paga? No entiendo. Y no porque crea que lo que a mí me gusta es bueno y lo que no no. Sé leer con ojos de editora y he publicado textos que no me gustaron pero en los que reconocía un trabajo que ameritaba darse a conocer. Sé mirar cine de la misma manera y aún así sé que esto no deja de ser una opinión. ¿Qué piensa Adrian Gorelik desde la platea del cine cuando elogia con tanto ruido a esos jóvenes que realizaron una película fallida? En la respuesta al comentario los directores agradecen y lo ubican como influencia intelectual del proyecto. No sé. Temo también estar equivocada. Que mis juicios sean erróneos y mis gustos desviados. Me detengo en medio de la carrera y sé que corro el riesgo de que me lleven por delante todos los que corren atrás o junto a mí.

viernes, abril 21, 2006

 

Muy temprano en la ciudad

Viernes 7.10. Suena el despertador. A las cinco y algo me desperté por los gritos de al lado. Qué horarios raros tiene el peruano para hacer gritar a su chica. Sigo durmiendo y despierto otra vez más temprano que de costumbre porque tengo que ir al dentista. Pleno centro. 25 de Mayo y Sarmiento. Qué fiaca.
Me levanto, me baño, salgo. Tomo el subte B. Hay lugar. Miro las caras de la gente. Pienso qué vida tendrá cada uno. Hay una chica rubia, linda, pero su ropa, toda marrón y que además le queda grande, le empeora el aspecto. Tiene cara de cansada. Quizá está deprimida.
Muchas veces juego a mirar a la gente y pensar quién podría ser mi amiga o mi amigo y quiénes no. En este vagón no hay demasiados de los que podría ser amiga. Podría llamarse juego de los prejuicios, ya sé.
Más allá hay una que quizá sí. Tiene rulos, pelo largo, jean y campera de jean. También la mirada. Eso es importante al momento de jugar.
Hay otra chica, demasiado bien vestida con una pollera que yo no usaría nunca. Y enfrente mío un chico con jean, pullóver y topper que podría estar de mi lado.
Salgo del subte. Hay sol y hace frío. Nunca vengo por acá. La calle en subida y más allá el obelisco. La luz de la mañana. El centro todavía casi vacío. Edificios antiguos, el Archivo General de la Nación, el Centro de Idiomas de la Facultad de Filosofía y Letras. Buenos Aires. La ciudad.

jueves, abril 20, 2006

 

Apostillas

Antes de cada película del BAFICI, al menos en los Hoyts y en los Atlas, pasan una publicidad de Clarín que si bien es un buen chiste pierde por su repetición. El chiste causa gracia la primera vez, quizá la segunda, pero tampoco es necesario que pasen dos ejemplos de lo mismo antes de cada película. A veces se escuchan carcajadas tímidas y otras veces, sino al mismo tiempo, la publicidad despierta silbidos. Clarín no nos invita a nada. Pero sería más o menos obvio reflexionar acerca de que una marca como Clarín acompañe al cine independiente nos hace dudar de la independencia de cualquier cosa.
Por otro lado, también antes de que comience la película, está la propaganda de "Proyecto 48" ese reality de TNT en el que el trío seleccionado debe realizar un cortometraje en cuarenta y ocho horas, con postproducción incluida. La voz de Gastón Pauls diciendo "se filma o no se filma" con tono de "ser o no ser, esa es la cuestión" es el colmo al que podía llegar su perfil de actor-periodista comprometido: comprometerse con la nada.
También están esas proyecciones en las que al final se puede hablar con el director. Entre las preguntas del público nunca falta la que dice: "¿la película es autobiográfica?" o "al final, ¿vos querías decir X cosa?", "¿el tipo se fue con tal o cual?", y así, todo tipo de preguntas sobre cosas que por alguna razón la película no muestra.
En el centro de los cines del Abasto hay una simulación de sillones que invita a sentarse y termina siendo un engaño: son en verdad unas maderas totalmente incómodas hechas así para evitar el vagabundeo que surgía en festivales anteriores como consecuencia de los puff.
De todos modos, más allá de estas apostillas quejosas, soy pro-festival. Siempre es bueno que haya mucho para ver y al final, conseguir entradas no es tan complicado. Para quienes esperan ver algo durante el próximo fin de semana recomiendo tratar de ir a los Atlas: allí todavía venden entradas anticipadas y para quienes no gustan de planificar, en esos cines siempre hay lugar. Basta elegir mirar la grilla, elegir una película y llegar unos minutos antes.
Dejo algunas recomendaciones:
Viernes 21:
19.15 La sagrada familia, en el Atlas Santa Fe 1. Película chilena. Está bastante bien. Sucede en un lugar chileno parecido a Cabo Polonio, con casas frente al mar. Una familia celebra allí semana santa. El hijo se encuentra con amigos, lleva a su novia, y se desencadenan una serie de hechos quizá un poco previsibles pero no por eso menos interesantes. Los personajes, un poco esteriotipados.
01.00 Me and you and everyone we know, en el Hoyts 10. Si les interesa vayan a sacar entradas temprano porque es una de las películas mejor comentadas del Festival. Inglesa, es excelente. Hay un buen comentario de esta película en Bien Ahí.
Sábado 22:
17.00 Se arrienda, en Atlas Recoleta. Película chilena, de Alberto Fuget, recontra recomendada en este blog. El paso de los ´80 a los ´90, de los veintipico a los treinta y pico. Excelente la banda de sonido. No se la pierdan.
Domingo 23
15.15 Selección Oficial de Cortometrajes, Programa II. en el Hoyts 7. Es interesante ver qué cortos entran en la competencia del Festival. Más aún cuando antes de la función una chica (quizá programadora) dice que es el "cine que queremos proyectar y ver en el futuro". Milagros Mumenthales ya había estado en competencia con su cortometraje El Patio, que era, a mi gusto, algo demasiado parecido a lo de Martel. Ahora entrega un corto mucho mejor. En otro de los cortos, el asistente de dirección y el productor, son los directores de la película uruguaya Whisky. Mucho plano secuencia y cámara fija con planos largos. Mucha actuación. No me parece que apuesten por gente totalmente nueva sino por aquellos que ya tienen un tiempo de circulación. Pero todo no se puede pedir. (Y algunos cortos son muy malos).
23.15 Last Days, en el Hoyst 10. La película de Gus Van Sant basada en los últimos días de vida de Kurt Cobain. Seguro que la van a estrenar, pero a veces ver películas en un festival tiene un sabor distinto. Tiene un procedimiento narrativo interesante y también planos secuencia impecables.
Qué disfruten!

miércoles, abril 19, 2006

 

Un día más

Me pasa todas las semanas. Los martes es mi día trabajo-terapia-yoga y como quedo medio para adentro los miércoles no sé qué escribir. Parezco de manual, y encima todo en un día. Yo hago yoga y lo digo con Y. No me gusta los que dicen Ioga. Me parece pretencioso. Yo hago yoga mientras llueve. Nos reímos con la profe mientras ella explica qué hay detrás de esas diferentes pronunciaciones.
Antes de empezar yoga tenía prejuicio. No soy mística y la onda meditativa no me va. Hice teatro varios años y danza de a ratos. Mi profe es bailarina y algunas cosas de las clases se parecen a los ejercicios que hacía cuando iba a estiramiento. La conclusión es que no medito, pero me estiro, me relajo y llego a casa toda floja y con dos o tres centímetros más de altura.
Ayer llegué, encendí un sahumerio, puse música linda y me hice una sopa como las sopas de la abuela. Me acosté y empecé El libro del desasosiego. A causa de un regalo que no me satisfizo tuve cincuenta y cuatro pesos para gastar en Yenni. Me compré el de Pessoa, que de otro modo no hubiera podido comprar, y Estrella Distante, de Bolaño.
Nada más. Un día común. Las cosas van bien. Desperté contenta.

martes, abril 18, 2006

 

Como un espejismo

Días de mucho trabajo. Demasiado. Newsletter, guión de video, tres brochures. La marketing coordinator (así me dicen acá) está a mil. La excusa para pedir aumento de sueldo ya no es excusa sino motivo evidente.
Tengo que dedicarme a escribir mis cosas y también leer para el interpretador, pero tengo la computadora en arreglo. Frase de JP: me comen los conejos. Sé que debo, también, comentarios de películas del BAFICI.
Antes de ayer llegué a casa tarde, me acosté sin comer nada y me puse a leer. Un capítulo del libro que tengo que leer para Argentina II y después, enterita, en dos horas y media, la novela de Terranova. ¿Cómo es que cuando leo para la facu me duermo a los diez minutos y una novela que descansa en la biblioteca, que miro con ganas hace días, que me da curiosidad porque todo el mundo habla tanto..., la leo en dos horas y media, con quince minutos de recreo, entre las dos y las dos y cuarto de la mañana, para hacerme algo de comer, porque al final tanta lectura me dio un poco de hambre?
En estos días, por momentos, la vida se parece a como era hace tiempo. Con lo bueno que tenía. Intentando evitar ciertos vicios que convirtieron ese tiempo en otro peor. Por momentos olvido qué pasó para que dejara de ser así. Lo forzado se vuelve natural. Nuestras casas ahora son otras. Y en verdad pasaron los meses. Y es raro. Natural y raro. Supongo, también, que puede terminarse mañana. En vez de atemorizarme por eso, hoy pienso que todo puede terminar mañana. El mundo mismo. Todo el amor. Y entonces qué. Mejor bailar. Brillar hasta el final.

lunes, abril 17, 2006

 

Mairal en Temaiken

Interesante crónica de Mairal en el Remisero Absoluto. Quizá mucho más que una crónica. O es que a mí me dio para pensar.
Platinados y tetas falsas. Desencuentros y berrinches. Cautiverio.
Felicidad monstruosa (y artificial) de la familia. Felicidad musical de los amigos.
Yo, que estoy muy lejos de tener una familia, todavía gusto de creer que cuando la tenga será monstruosa y musical, que iremos a Temaiken a reirnos de todos y al cine a comer pochoclo mientras vemos dibujos. Pero son sueños, y las realidades cercanas demuestran que todo eso es muy difícil. ¿No había ni una familia cómplice? ¿Ni una pareja enamorada y enamorada de sus hijos?
Qué triste...

sábado, abril 15, 2006

 

Disrupciones

Podría contar de las seis pelis que vi en los dos días en que asistí al BAFICI, las dos de ayer, las cuatro de hoy, la tormenta que ayer abrió las ventanas de mi casa cuando yo no estaba y barrió con todo lo de un escritorio y mojó la mitad del acolchado. Podría contar también cómo ayer salí de un cine y corrí bajo la lluvia para llegar al otro. Lo bueno de la primera peli, lo malo de la segunda. Y que cuando una película me gusta me hace flotar hasta un lugar donde todo lo de mi propia vida se vuelve relativo. Quizá como tendría que ser siempre. Podría hablar de todas las personas que me encuentro, incluso el desconocido que crucé dos veces para sacar entradas y que ayer vi en la segunda película. Podría recomendar dónde ir y advertir cuáles no ver.
Contar que hoy me levanté temprano y vi el documental Porno a las diez y cuarto de la mañana, solita yo en el cine y esas chicas que cómo se besaban... Contar también cómo a eso del mediodía llegaste, pensé que sólo para ver una peli pero te quedaste todo el día, y qué lindo todo el día, todas esas pelis, el almuerzo y la cena. Pero no, mucho más no. Ciertos detalles no. Pero qué lindo ver Se arrienda, otra vez, preguntarle cosas a Fuguet, tenerte al lado.
Quisiera dar detalles de las películas, contar lo que surge a partir de una y otra, lo que pensaba mientras corría bajo la lluvia, la impresión de encontrar todo tirado en mi casa después de la tormenta, cómo es descubrir que varios de los envases que dormían en el balcón del piso trece ya no estaban a mi llegada y ¿si maté a alguien de un botellazo? El ténder tirado, alguna media perdida, quizá una bombacha, la pollera más linda no: colgada del ténder, tirada en el piso pero ahí, apenas en una posición distinta a cómo yo la había dejado.
Contar que no tengo compu en casa y que son casi las tres de la mañana. Que después de todo lo lindo, ya sin ánimo de salir, pero con ánimo de amar, llamé a mi amiga Carito, para preguntarle cómo estaba y contarle cómo estaba. Casi las doce de la noche. Viernes a la noche. Viernes santo. Feríado.
Carito no está en su casa. Llamo al celular y da ocupado, ocupado del que sale cuando no hay red. Intento otra vez. Atiende un hombre. Raro. ¿Hola? ¿Hola está Carolina? ¿Quién habla? Mar... Mirá Mar...cuando cortes la comunicación la voy a matar. Y corté. Me asusté y corté. Pensé en ella y su sufrimiento. Pensé en mí y la posibilidad de que con sólo poner en internet el número registrado en el celular el tipo podía también averiguar mi dirección y venir a buscarme. Llamé a MV y ella tampoco contestaba. Después me entero que está en Córdoba. J. no sabe nada. Me tomo un taxi a lo de mis viejos. Después de un rato de desesperación e impotencia, ¿cómo no sé el teléfono de su mamá? ¿cómo no tengo otra dirección? me acuerdo que una vez hace ya tanto MV me dio su contraseña de hotmail y bendita mi memoria, entro a ver las direcciones, y ahí está la hermana de Carito. MSN, conectate, conectate. En el interín encuentro a otros amigos comunes y todos al MSN. Nadie conectado. Ahí está la hermana. ¿Sabés algo de Carito? No... ¿Me das tu teléfono? Y entonces llamo, y cuento, y ella y la mamá desesperadas no saben qué hacer. Llaman a la policía y van a romper la puerta de la casa. El ex no sabe nada. Ella tampoco está conmigo. MV en Córdoba. J. no sabe nada. De la amiga faltante no conseguimos el número. ¿Quién más queda? No muchos más. Y ese tipo. Lo que dijo... Mi mamá quiere hablar con la mamá, para nada o porque sí, o para ayudar en algo si se puede. Llamamos y la hermana dice. Casi tres horas después. Que encontraron el teléfono de la amiga que faltaba. Que está con ella ahora yendo a lo de su mamá. Que justo cuando llamé, pocos minutos antes, ese hijo de puta le robó el celular. Y que está bien. Que todo terminó. Vamos a dormir. Cuando todo otra vez se ve relativo. Cuando por suerte las propias alegrías y tristezas salen del centro del universo. Ahí entonces, vamos a dormir.

jueves, abril 13, 2006

 

Escenas de la vida familiar

Cena de pesaj. Mi hermana, mi sobrina y mi cuñado están en Mendoza. En principio vamos a cenar juntos mi papá, mi mamá, mi hermano SH (que es sólo hijo de mi mamá) y yo. Finalmente se suman mi hermano G (hijo de mi papá), su novia y SG, que es la mamá de mi hermana y G, y por tanto, la ex de mi papá.
Desde que nació Clara la familia está más unida que nunca y suceden este tipo de reuniones, aunque esta es la primera en que se juntan maridos y esposas, hijos de todos lados y la niña motivo de tanto afecto no acude a la cita.
En fin. Yo me entero, ayudo a mi mamá a preparar la mesa y pienso en mi papá con sus dos mujeres reunidas. Aunque pasó tanto tiempo... Mi papá y SG se separaron hace unos treinta y dos años y mi papá está con mi mamá hace unos veintinueve.
En mi casa el lavarropas y el escritorio eran de SG. Fraternidad familiar.
Llegan. Mi mamá le da un paseo a SG por la casa. Qué lindo departamento, ayyy qué bien esto, qué bien lo otro. SG cuenta que hay un outlook o outlet ¿cómo es? de Prune, donde puede comprar carteras a cincuenta pesos. Mi mamá celebra la noticia. Antes de cenar mi mamá hace un séder de pesaj un poco ridículo, demasiado breve, todo de memoria. ¿Por qué comemos las hierbas amargas? Ella misma pregunta y responde como puede, con lo que recuerda. Hasta que llega a la patita de pollo. ¿Cómo era? Nos mira y nadie sabe. Mi hermano SH se va a la computadora y busca la respuesta en internet. Vuelve y lo dice. Termina el séder. Nos sentamos a comer.
Hablamos de la época en que SG empezó a trabajar como maestra jardinera antes de fundar el jardín de infantes que con los años se hizo tan famoso. Mi mamá también cuenta sus inicios. Y ante cada pregunta de ¿Máximo, te acordás de tal cosa o tal otra? mi papá no recuerda nada.
La comida de mi mamá es tan buena como siempre y SG lanza el chiste obvio sin dejar de ser atrevido: Máximo, hiciste un buen cambio eh, a mí de cocinar no me hablen. Nos reímos. Hablamos con humor de las cosas que no se hablan. De cuando mi papá se casó con la primer mujer y la ansiedad por el primer hijo. Del segundo hijo y sus problemas disciplinarios y cómo, si acá (con mi papá) era siempre tan tranquilo. Hablamos de la infancia de mi hermano G. y mi mamá lanza una interpretación que para SG es reveladora. Olvidé contar que mi papá y sus dos mujeres son psiquiatra (él), psicóloga-psicoanalista (mi mamá) y psicóloga-directora de escuela (SG). Así que pronto la conversación deriva en nombres de terapeutas y prácticas psicoanalíticas. Ejemplos detestables de lacanianos y el nombre de mi analista seguido de un ¿es la hermana de...? Yo que no sé, y mi papá que asiente en silencio.
Postre y café. La cena termina con una foto familiar. Pienso en lo extrañas que serán para mi sobrina las familias "normales".

miércoles, abril 12, 2006

 

La red

Hoy descubrí que con el contador shiny stat puedo ver a partir de qué búsquedas en qué buscadores llega la gente a este blog. Lo que hay no se puede creer. Es como mirar por una mirilla cosas ridículas de la gente sin saber quién es cada cual. Por otro lado puedo pensar por qué esa búsqueda ridícula los conduce a este sitio, pero en la mayoría de los casos el sintagma buscado no coincide 100% con lo que deben encontrar acá.
Existen personas que buscan en internet "desnudos de conejos", y llegan acá porque alguna vez conté que mi amigo JP, en alguna reunión del interpretador, dijo "me comen los conejos", expresión que después entró en uso en el grupo revisteril.
Alguien llegó acá, también, buscando "cálculo de gastos de envío garbarino" y yo creo que algo así puede haber sido linkeado por los días de la mudanza (aunque terminé comprando en Rodó y no en Garbarino).
Otro (¿otra?) me encontró por "chica lanzada".
Y alguna (¿alguno?) quizo aprender "cómo armar un álbum de fotos con dedicatorias a un hijo". Eso que yo siempre fui mala en actividades prácticas y de hijos todavía no hablemos.
Algún consumidor de porno conservador buscó "chicas en bombacha" y se habrá sorprendido ante tanta letra y poca imagen. Sorry. Lo de la bombacha lo conté porque muchas veces me saco el pantalón cuando llego a casa. Y sí. Soy una chica en bombacha, en el piso trece, que casi no tiene persianas ni cortinas y tampoco vecinos cerca.
Más perverso el que llegó buscando compañeros o compañeras en "mi adolescente sobrina me excita". Y no querido, mi sobrina tiene apenas un año y medio, y guarda con que alguien se le acerque. Todavía la mantenemos alejada de las miserias del mundo (en la medida de lo posible).
Algún cultoroso quiso definiciones de "qué es una velada literaria" (¿encontraste acá?).
Y así, amigos, hay muchos más. De los más diversos tipos. Listas de casamiento. Un poco de Nueva York. Bastante HIV (por el día en que me hice el análisis). Algunos que buscan a amigos y vienen a dar acá.
Un solitario norteño buscó "chica jujeña que quiera sexo". Por acá no, gracias. Ni jujeña ni tan solitaria como alguien dijo por ahí ayer.
Gente que busca compone una especie de asociación libre que atraviesa este blog. ¿Habrán llegado a destino? ¿Alguno se habrá quedado leyendo esto día a día?
Hoy quise dialogar con toda esa gente que llegó acá por equivocación. Si alguno todavía me lee, le doy la tardía bienvenida, y que les sea leve.

 

El interpretador 25

www.elinterpretador.net



aguafuertes
dictadura
A veces el cinismo me da ganas de vomitar (anotaciones en un mes con cifra exacta), por Inés de Mendonça.
Sobre el 24, por Sebastián Hernaiz.
La celebración, por Elsa Kalish.
Íconos de la memoria: ¿memoria?, por Marina Kogan.
XXX, por Marina Mariasch.
21 de marzo, por Martín Yuchak.

Villa Celina (9)
"La culebrilla", por Juan Diego Incardona.

ensayos/artículos/entrevistas
dictadura
Buscado, por Christian Ferrer.

ensayo
Micrologías del Miedo, por Leonardo Sai.

reseñas
El pornógrafo (Gárgola Ediciones, Buenos Aires, Diciembre 2005) de Juan Terranova, por Sebastián Hernaiz.
Cuando Raúl calla, Enrique dragoneaSobre Narrativa 1920-1930 de Enrique González Tuñón (Ediciones El 8vo. loco, Buenos Aires 2006), por Rigoberta S. Zarlizeitt.

columnas
Las chicas de letras se masturban así XV, por Elsa Kalish.

séxodo
Club del Millaje Aéreo, por Tatiana Goransky.

cine
Perlas en el Fango -cine por cable en Argentina-(abril 2006), por Hernán Sassi.

teatro
Sálvese quién pueda Sobre La omisión de la familia Coleman de Claudio Tolcachir, por María Bayer.

narrativa
Sergio Bizzio -
Un beso
Carlos Gradín -
Los barrelatas
Juan Diego Incardona -
industria nacional

travestismo trash 8
Naty Menstrual:
Huesitos de pollo

poesía
Virginia Janza -
Poemas
Romina Freschi -
La fiesta
Diego Carballar -
Poemas de la serie "La chica"
Silsh -
Acto discursivo sin repudio

artes visuales
Federico Scalise -
Obras - Segunda parte
Mónica Müller -
Obras

martes, abril 11, 2006

 

Todo lo que no sucede

Hoy quiero leer poesía. Busco en internet a los poetas que me gustan y fantaseo con que puedo encontrarlos para que me hablen y rebalsen esos versos que me gustan y no puedo construir. Mientras miro alrededor y sólo estoy en una oficina alejada de la poesía y alejada de vos. Quiero leerte poemas de chicas de las que dicen que quieren verte brillar, o que quieren verte bailando, y están esos poemas en internet pero ella es amiga mía y entonces me da vergüenza citarla. Podría llamarte por teléfono y leerte ese poema, leerte tantos otros, poemas de amor que no nombran al amor pero hablan de eso todo el tiempo. Porque aunque te hable de otra cosa y te lea otros textos y te regale otros libros y te mire y trabajemos, sólo quiero ahogarme en una pileta de líquido amniótico y cuando me crea perdida darme cuenta de que estabas ahí, más cerca de lo que pensaba.
Pero no. Creo que estoy sola.
Delirio romántico para que muchos juzguen y a mí no me importa. Si abrís la boca para gritar en el agua no se escucha nada, entonces no te da miedo y puedo decir te amo sin arrepentimientos ni justificaciones.
Quiero gritar de alegría. Que mi abrazo te parezca lo mejor del mundo.

lunes, abril 10, 2006

 

Bocanada

Sábado. Es de noche. Nada más allá de unos ojos que desde lo lejos siguen las sonrisas, las conversaciones, algunos movimientos.
A veces todo es tan poco:
sólo que alguien te parezca lindo.
Y cuando termina la banda de jazz ponen Bocanada.
Cantar al ritmo sensual y no tanto después ir a dormir.
Creo que es uno de los mejores discos que hay.
...desordené átomos tuyos para hacerte aparecer...

domingo, abril 09, 2006

 

Notas del Seminario con Lucrecia Martel

Seminario de Lucrecia Martel, domingo 9, en la UCES, organizado por la revista Haciendo Cine. Llego puntual. Algunos (supongo que casi todos pero yo no porque tuve problemas técnicos) llevaron, al momento de la inscripción, un diálogo de no más de tres minutos, en formato digital y tipeado. De esas grabaciones, ella elige algunas para trabajar en la jornada.
Voy a volcar acá algunas notas que tomé. Todo muy desordenado, pero con ganas de socializarlo. Algunas cosas me parecieron muy interesantes. Hay cuestiones técnicas específicas, pero también discusiones y posturas filosóficas y políticas.
Ella aclara que no hay reglas, ni recetas y que sólo intenta reflexionar y crear teorías falsas para pensar su propio modo de trabajo. Insiste en que son cosas que funcionan en su trabajo, pero que ni para la realización cinematográfica ni para cualquier emprendimiento narrativo hay algo que funcione en todos los casos.
Para empezar escuchamos una conversación entre nieta y abuela. La nieta escucha a su abuela derivar infinitamente esa conversación.
Conversación como deriva. ¿A dónde vamos con esta charla?
La ciénaga: cosas del norte --> estructuras orales por las cuales un hecho cualquiera, una vez sucedido, se explica como si hubiera sido determinado y anticipado en hechos anteriores. Por ejemplo: la muerte del niño. Podemos decir que "desde que nació sucieron cosas que anticiparon su muerte".
Diálogo como banda de sonido donde pasan muchas cosas complejas.
Sonido-vibración-aire-táctil
Estar sumergidos en el agua se nos hace evidente. Estamos sumergidos en el aire aunque parezca no tangible.
¿Por qué la deriva en el diálogo?
Deseo de movimiento. Deriva por espacios. Una cosa lleva a la otra. Es la expresión del cuerpo.
* * *
Para construir un personaje hay que observar, no saber todo. El dramaturgo se pone muy omnipotente en su afán de saber todo, pierde el misterio, la zona desconocida de un personaje y la deriva se vuelve falsa. Cree que tiene que llevar el sentido entre palabra y palabra.
* * *
¿A quién le habla cada uno? Cuando un parlamento nos suena falso (a diferencia del discurso de la abuela), si escribimos lo mismo y lo dice un actor y suena "duro", es quizá porque los actores tienen conciencia de que hablan para un público. Un personaje se tiene que dirigir a otro personaje. Sin pensar en el espectador.
El diálogo natural no pretende dar información, por eso, visto desde afuera, a veces hay referencias o zonas que no todos entienden.
* * *
Aparece el tema de lo verosimil, la ficción, la realidad.
Notas:
-hay gente que cree que la verdad existe
-hay gente que asocia verosimilitud a naturalismo (un chico explica que la razón por la que "Eterno resplandor de una mente sin recuerdos" no le parece un delirio es porque hay cosas en las que reconoce su cotidianeidad).
Para mí:
-la verdad no existe
-la realidad es una construcción
-verosimilitud es crear un mundo equis, un universo donde esas cosas que pasan, son posibles por la lógica que ese universo propone. Aunque sea un diálogo entre la mesa y la silla.
Martel dice:
-no tiene sentido distinguir ficción/realidad. Le pide al muchacho que por ser domingo se entregue a eso, que mañana lunes puede volver a pensar lo que quiera.
-Insiste en que todo es una construcción y una perspectiva: Salta en sus películas no es la Salta Real, en todo caso, eso no existe. Cada cual tiene y ve un mundo.
-¿Qué es la realidad? ¿Qué es la verdad? Construcciones. Esta postura, insiste, es una decisión política.
* * *
En el diálogo, si un personaje le habla a otro, hay zonas que no son nítidas. Misterio. No hay que entender todo.
* * *
Si trabaja con no actores o con niños no les muestra el guión. Mostrarlo transformaría su forma de decir en el esquema visual que es un guión. Haría las pausas y las impostaciones para las que justamente no fue llamado.
El actor, en cambio, está entrenado para leer un guión y deshacerse de esas marcas textuales-literarias. Es un procedimiento complejo que por falta de técnica, con niños y no actores es contraproducente.
Por eso, les dice una y otra vez qué es lo que tienen que decir y repasa las formas, pero en forma oral, sin mostrarles nunca lo que está escrito. El RESPETO a la palabra escrita hace que ese diálogo, en boca de los niños y no actores, se vuelva falso.
Les cuenta la historia y les repite lo que tienen que decir como si fuera un cuento.
Pero nunca, nunca hay improvisación. En su películas todo está pensado y los diálogos se dicen tal cual están escritos.
* * *
Adolescentes-algunas parejas: monstruosidades. Más de una persona que funcionan como uno. La unidad está en el sonido. Se completan las frases. Es un sólo discurso. Hay un sonido adolescente que es todo uno, pese a que sean un conjunto de individualidades. El monstruo se desplaza.
* * *
Las estructuras que más pesan sobre nosotros al escribir son las gráficas, las de la tradición literaria. El lenguaje escrito en su concepción decimonónica. Una cosa debe responder a la otra y cuando queremos violentarlo lo hacemos torpemente.
Las estructuras sonoras nos dan complejidad. Los personajes se fusionan, o hay preguntas que no tienen respuesta, hilos que se abren sin cerrarse, conclusiones a la nada, el lenguaje como deriva.
* * *
Que la intención del autor no se sobreimprima de modo que aplaste a los personajes. Dejarlos hablar es dar cuenta de que no conocemos todo de ellos. Hay algo que no es abarcable. Eso deja misterio. No conocemos a las personas en su totalidad. Conocemos cosas. Si queremos conocer personajes en su totalidad, mostraremos algo falso. Hay aristas, hay aspectos, pero no totalidad.
Mío: además hay parte que completa el actor.
* * *
La comunicación es fracaso. Por eso las conversaciones duran mil horas. Porque intentamos sobreponernos de ese fracaso y seguimos intentando salir de la soledad que es nuestro propio cuerpo.
* * *
Buenos Aires, o la gran ciudad: en los discursos está muy presente la cuestión de la presentació y la explicitación de los sentimientos.
Ciudad psiconalizada.
* * *
Desconfiá siempre de lo que te parezca el atajo.
* * *
La intención no pasa por nombrar la cosa. No hay que explicar ni nombrar.
* * *
Otra vez Buenos Aires. Ciudad psicoanalizada: "yo tengo culpa". Todos nombran sus sentimientos y eso no comunica nada.
* * *
Lo propio de la existencia es no entender y planteamos diálogos donde queremos entender todo o donde damos todo a entender.
* * *
El diálogo es una actitud del cuerpo. Es la forma de salir de sí.
* * *
En el casting hay que buscar no al mejor actor, actriz o niño sino a aquel con el que podés comunicarte. Aquel que puede escuchar y establecer una buena comunicación con ese director.
* * *
No hace storyboard. Define ahí. Filma pocas tomas. Trabaja de manera austera con la imagen por la importancia que le da al sonido y el trabajo previo que ya tiene hecho ahí.
El equipo, igual, tampoco improvisa. Hay extensísimas reuniones para definir la iluminación, las tomas de sonido, etc. Pero el encuadre lo define ahí, no por poca rigurosidad, sino porque no cree que le aporte definir el encuadre sin ver qué pasa en el set en ese momento, cuál es la luz, etc.
* * *
Lo no dicho existe porque hay una imposibilidad de que todo sea dicho.
* * *
"Uno tenía la idea de lo que era un adulto y vas creciendo y no se va dando". "Pienso ¿cómo era la idea de adulto que tenía?" Y trata de rescatar eso. Sobre el personaje de Freddy (Urdapilleta) en "La niña santa".
* * *
En el encuadre está el deseo de saber más. No llegar a mostrar todo pero que dé curiosidad.
* * *
El cuerpo como encierro que se rompe en la comunicación. O se intenta romper.
La comunicación da lugar a fabulosas monstruosidades.
* * *
Montaje emotivo. Memoria.
Elisión: lo más importante es lo que está afuera.
El montaje es uno de los artilugios más emotivos. Puede, entonces, no respetar el tiempo de acción. Las escenas no empiezan ni terminan y no hay escenas de transición.
A veces es más importante el momento en que dejaste la cámara encendida un instante más, o el que tomaste justo antes de cortar rápido, lo que quedó afuera.

viernes, abril 07, 2006

 

Vorágine

Mediodía de ayer y en la página del BAFICI no hay rastros de la grilla de programación. Trabajo cerca del MALBA. Voy a ver si encuentro algo. La boletería abre a las 16 y no hay grilla ni catálogo y ni siquiera venden allí entradas para otros cines. Cada entrada en cada cine de cada función. Ok. Comienzo de la vorágine. No tengo la libreta universitaria que me permite entradas a tres pesos. Vuelvo a casa, agarro la libreta, saco la basura y salgo. En la puerta del depto. me encuentro con el peruano (ver post de ayer) y sonrío: no lo veo nunca y justo hoy... En el ascensor le pregunto si es médico y contesta que sí. Tiene guardia todo el fin de semana. El lunes vuelve molido. Ajá ajá. Yo estudio letras. Ajá. Chau, chau. Camino las ocho cuadras hasta el abasto. Venden catálogos pero no hay grillas de programación. Una cola para catálogos, otra para sacar entradas. La boletería abre a las seis. Son las seis menos cuarto y no estoy en la facultad porque hay paro. Compro el catálogo a ridículos 20 pesos sólo porque cobré ayer y tengo la sensación de que tengo dinero, sensación que se esfuma luego de gastar esos veinte pesos y más tarde otros quince en entradas. En la cola, junto a mí, alguien tiene fotocopias de una grilla. No tiene muchas ganas pero igual la comparte. Miro un poco. Rescato cinco películas y sus cinco horarios posibles para mí. Espero y pienso. Me acuerdo del cine, y tu mano en mi mano, apretada, y más apretada cuando algo nos gustaba o nos llamaba la atención. Sólo nosotros nos reíamos de esos chistes que las viejas no entendían, o del pibe que tocaba una canción de pink floyd y les decía a sus padres que era suya (hablo de "Historias de Familia"). ¿Te acordás? Las viejas no sabían y cuando le conté a mi mamá, tampoco. Ahora, entradas para uno y me voy a casa. Vuelvo a encontrarme al peruano y vuelvo a sonreir.
Leo el catálogo y marco veinte películas más. Los feríados de pesaj y los fines de semana me vienen bien. Las anoto y hoy las busco en la grilla. Tengo que comprar entradas. Y tengo que conseguir. Hay años en que no vi nada y ahora quiero todas. Es como cualquier juego, se juega a fondo, o se mira desde afuera. Todo o nada. Soy así.

jueves, abril 06, 2006

 

Sonidos en la madrugada

Abro los ojos. Hay algo de luz. Miro el reloj. Las cinco y algo. Aunque no recuerdo bien. Quizá las seis. O las siete. Gemidos. ¿De arriba? ¿De al lado? Pienso en el vecino peruano con el que comparto la pared de la habitación. Recuerdo el día en que lo vi con su novia y nos presentamos. Gemidos de mujer. Pienso en la novia del peruano. Y en el peruano. Pienso en la hora también. Vuelvo a pensar en el peruano y finalmente pienso que tienen suerte. Entre otras cosas.
¿Las cinco de la mañana? Antes de ayer me desperté y el mismo sonido. A eso de las tres. Cuando ese día sonó el despertador a las ocho, lo mismo. ¿Lo estaré inventando? Pienso que uno de mis vecinos era médico, pero no me acuerdo si el peruano u otro. Pienso en el tiempo libre que le dejan las guardias y comprendo lo del horario. También barajo la posibilidad de que no sea la novia. Extrañas visitas entre las tres y las ocho de la mañana. Sonido de ducha.
Del mismo modo en que cuando era chica los padres de mis amigas me parecían mucho mejores que los míos, ahora pienso qué suerte tiene la chica con semejante amante que la hace gritar así, no sé si más suerte que yo, aunque sí, más que yo, porque ahora, a las tres, a las cinco o a las ocho, yo estoy durmiendo, en silencio y me despierto por sus ruidos, entonces sí, pienso qué suerte, con un poco de envidia, aunque después, para seguir durmiendo en paz, recuerdo a aquel amigo que en tren de confesiones me contó alguna vez de lo gritonas que son ciertas chicas. Y no por eso, mejores.

 

De interés para judíos

Llego al trabajo, el encargado del edificio me da los diarios (trabajo en el área que recibe los diarios, no está mal) y subo a mi oficina. A los pocos minutos mi querido compañero A. me pregunta si ya vi el Clarín. No, digo. Y entonces me cuenta que ayer a la noche se sancionó una ley que dice que los trabajadores de la colectividad judía tienen días no laborables durante la festividad de pesaj.
Nosotros trabajamos en un lugar donde no es necesaria esa ley, aunque si fuese por ella, además de tener asueto medio día del miércoles 12 y el jueves de semana santa, tampoco tendríamos que trabajar el 19 y el 20, días en que se celebra el fin de pesaj.
Cuento esto porque pienso en los amigos, conocidos y gente que no conozco, judíos que trabajan en lugares donde no les dan los días, o donde ni se animan a pedirlos, para que a ver si ahora, amparados en la ley, se animan, por fin, a no ir a trabajar.
http://www.clarin.com/diario/2006/04/06/sociedad/s-04101.htm
Me puse legalista, ¿no?

miércoles, abril 05, 2006

 

haciendo cine

Me gustan Almodóvar, Burman, Woody Allen, entre otros, muchos otros, en películas específicas. No soy cinéfila. Veo mucho cine pero recién ahora y cosas "nuevas". No me pregunten de clásicos ni de cuestiones eruditas. Pero ellos me gustan.
Almodóvar tiene esa cosa de tragedia glamorosa y mundo femenino que me fascina. Todo parece posible, la historia se da en un curso normal hasta que de pronto, con la misma normalidad, deviene en algo trágico, posible pero imposible.
Burman me parece un gran observador (está bien, no soy muy original con esta apreciación). Confía en el detalle como constitutivo de la narración, como algo esencial en la construcción de sus personajes. Y narra lo sencillo.
Woody Allen... ya sabemos. Lo trágico en la comedia. A veces ni en la comedia, pero siempre en el chiste.
Entonces me pregunto: ¿por qué escribo una comedia donde no aplico nada de todo lo que me gusta de cada uno de estos? ¿por qué no soy trágica, ni glamorosa, no encuentro el detalle y no me sale el chiste?

martes, abril 04, 2006

 

Lecturas

Me avergüenzo de mi bibliografía cuando me doy cuenta de que varias veces en estos días recordé la entrevista a Cecilia Roth que salió el viernes en la revista SAL! de Clarín. Es que ella decía que cuando se enamora se vuelve loca, que se "descompone su vida personal", que "ardo en una hoguera" y que "hay amores light que también están buenísimos, más bien son encuentros, muy buenos momentos." Nada que no sepamos. Y nada tan diferente de lo que nos pasa a muchos. ¿Tranquilidad o pasión? ¿Y la conjunción de las dos cosas? Pero no se piensa, no se planea nada y hasta creo, no se elige. El capítulo 93 de Rayuela (cómo se mezcla la bibliografía...) dice: "como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio". Estaqueado y encerrado, claustrofobia, ¿y el miedo qué? ¿y todo lo que ya salió mal? ¿y si ya sé que no funciona? ¿Pero cómo es que entonces ahí, en el patio, con apenas una brisa, caen todas las fichas del dominó y no te diste cuenta pero te quedaste desnuda?
Y el cap. 93 también dice "te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la salud, después de mí será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños."
Y repaso la historia y pienso por qué mis amores pudieron haberme dicho esto, si no es que lo mandaron copiado en un mail, hace ya tantos años, o como yo hoy a la mañana hacia cualquier otro destino. Pero vuelvo a la bibliografía inicial, a la rubia de Almodóvar, que recuerda que maravillosas historias de amor, en la vida, son contadas. O será que ya no soy tan saludable, y que elijo la hoguera y darlo todo. Y que ya no cambio como los corpiños, porque después de vos, no cualquier otro.

lunes, abril 03, 2006

 

Vulnerabilidad

Miro el despertador. Son las ocho. No sonó todavía ¿Qué día es hoy? ¿Ayer fui a trabajar? Ah, es lunes. Ayer domingo y todo eso. No sonó el despertador. Ocho y cinco. Suena y apago. Ayer domingo y evento de YOK (judíos cool en la plaza de Costa Rica y Armenia), antes del encuentro de el interpretador, leer en voz alta con Juan Diego, conversar un poco y ¿la cabeza dónde?
Ahí, sí. Incertidumbre y ansiedad, contracara de lo intenso. Sin sabor a viejo, un calor que no recordaba cómo era. Despertar el domingo. Los pocos que saben hacen preguntas que no puedo responder. No sé qué espero. No sé el conflicto. Las preguntas muestran que todo podría ser más simple.
Hoy a las ocho menos cinco soñaba que me dolía la cabeza y preguntaba qué podía hacer para que no doliera tanto. A las ocho en punto abrí los ojos. ¿Qué día es hoy? Sí, lunes. Y de pronto recuerdo el fin de semana pero también es como si se hubiera borrado: durante pocos minutos vuelvo a sentir que no necesito nada de todo eso. Cuando me despabilo, ya me sé vulnerable otra vez.

sábado, abril 01, 2006

 

Desde casa

Primer día de internet en casa. Apago la luz y por la ventana se ve perfecta la media luna, bastante más arriba que las luces de los edificios y las antenas que titilan. Toda la ciudad a los pies del piso trece. Igual que siempre pero ahora escrito acá, en vivo y en directo. Puedo contar los dos autos que van por Guardia Vieja y recién cruzaron Medrano, la gente que cruza camino a Córdoba o camino a Corrientes. Esta ventana es así, da a Medrano, pero desde la esquina de Salguero: ventajas de no tener otro edificio alto cerca.
Hoy, también, me pinté las uñas de los pies de rojo. Yo, la que nunca se pinta las uñas de ningún color, incluí en la compra de supermercado un esmalte rojo no tan furioso como morado, que ahora contrasta con la piel y el negro de las ojotas.
Cambio la rock & pop cuando se ponen a hablar de carreras de autos y caigo en Aspen, que es de viejos pero está bastante bien.
Se abren ventanas de sitios que no quiero abrir. Todo anda bien pero se multiplican las ventanitas que tengo que ir cerrando a cada rato. Cuando llamé al servicio técnico de mi nueva empresa de banda ancha me dijeron que eso lo tengo que solucionar con un técnico personal. Ok. Así que: si alguien sabe qué tengo que configurar para que no se abran diez sitios cada cinco minutos (de esos que te ofrecen bajar cosas si tienen la gentileza, o empiezan a bajar solitos), se agradece la información.
Desde las alturas, y a la espera de una buena noche, saludos a todos,
LM

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...viene a mojarse los pies a la luna...

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