Ansiedad porque hay muchos trabajos pendientes pero no sé por dónde empezar. Hay un momento de mi tarea que consiste en preparar todo para lanzarlo al aire y después esperar. Lanzarlo a un diseñador, a un realizador, a una imprenta, a traductores, etc. Después de eso viene un momento de espera intranquila porque la realización de todos esos productos sigue siendo mi responsabilidad.
Igual. Es aburrido hablar de trabajo. La vida también tiene mil ventanitas abiertas que tengo que atender sin olvidar ninguna. Ya mandé el cortometraje a ese concurso. Ya intenté cambiar (sin éxito) el turno del dentista. Tengo que ver qué películas podré ver en el Festival de Cine Mexicano que dan estos días en el Gaumont.
Pero la sensación. De que debería encerrarme en casa. Que a veces hay que parar y no pensar todo el tiempo qué voy a hacer en un par de horas. Que estaría bien mejorar y terminar el cuento que estoy escribiendo. Leer todo lo que no leí para la facultad. Estudiar enserio. Debería quedarme en casa y producir. Mirar la lluvia, la luna o los edificios por la ventana. Aprovechar que mi amiga nessie me prestó una computadora vieja que me sirve para escribir.
Es que a veces, algunos días,
el silencio da tanto miedo.
...viene a mojarse los pies a la luna...