Soy la carne más tierna y jugosa para los conejos hambrientos. Demasiado trabajo demasiado desorganizado se vuelve más trabajo y un poco de stress.
El fin de semana fue rojo. Un poco en la casa de mis viejos, ellos en Rosario y mientras yo escribía ese monólogo que hoy tengo que terminar, vos leías en el living el libro que te presté. Hoy a la mañana, por teléfono, mi mamá preguntó con quién había comido. Detectivesca dijo. Sí. Y me reservé la respuesta.
Cine de la FUC el viernes y el domingo. Villegas el viernes y ayer los once jóvenes directores que hablan de Buenos Aires en una serie de cortometrajes o historias palalelas que no terminan de entenderse. Podría parecer resentida, pero no me gustó nada ninguna de las dos películas, cada una por motivos distintos, y menos me gusta esa lealtad con la escuela que compran a setecientos pesos por mes. No me gusta caer en esa forma de pensar que reflexiona sobre las influencias y posibilidades del dinero. Mucha gente con poco y nada también llega a mostrar sus trabajos, más o menos interesantes. Pero el BAFICI parece teñido por la FUC. Y eso me molesta un poco. Finalmente los premios y glorias pasan de unas manos a otras construyendo una realidad falsa donde por decir que eso es bueno se transforma en bueno, nuevo y original. El nuevo cine argentino es mucho cine argentino y mucho cine malo. La proliferación no me convence. Ciertas búsquedas estéticas se toman más tiempo o irrumpen sin preavisos. También irrumpen sin cuotas ni etiquetas. Me parece que hay que tener cuidado y los ojos abiertos. Hay un aire celebratorio que no tiene nada de crítico. Villegas gana una mención por la adaptación y el guión de la novela Los suicidas. El guión es un desastre. Nos mirábamos con S. sin poderlo creer. Esas frases imposibles de decir, ese poco criterio temporal, la desastrosa actuación de buenos actores. ¿Quién paga? No entiendo. Y no porque crea que lo que a mí me gusta es bueno y lo que no no. Sé leer con ojos de editora y he publicado textos que no me gustaron pero en los que reconocía un trabajo que ameritaba darse a conocer. Sé mirar cine de la misma manera y aún así sé que esto no deja de ser una opinión. ¿Qué piensa Adrian Gorelik desde la platea del cine cuando elogia con tanto ruido a esos jóvenes que realizaron una película fallida? En la respuesta al comentario los directores agradecen y lo ubican como influencia intelectual del proyecto. No sé. Temo también estar equivocada. Que mis juicios sean erróneos y mis gustos desviados. Me detengo en medio de la carrera y sé que corro el riesgo de que me lleven por delante todos los que corren atrás o junto a mí.
...viene a mojarse los pies a la luna...