Seminario de Lucrecia Martel, domingo 9, en la UCES, organizado por la revista Haciendo Cine. Llego puntual. Algunos (supongo que casi todos pero yo no porque tuve problemas técnicos) llevaron, al momento de la inscripción, un diálogo de no más de tres minutos, en formato digital y tipeado. De esas grabaciones, ella elige algunas para trabajar en la jornada.
Voy a volcar acá algunas notas que tomé. Todo muy desordenado, pero con ganas de socializarlo. Algunas cosas me parecieron muy interesantes. Hay cuestiones técnicas específicas, pero también discusiones y posturas filosóficas y políticas.
Ella aclara que no hay reglas, ni recetas y que sólo intenta reflexionar y crear teorías falsas para pensar su propio modo de trabajo. Insiste en que son cosas que funcionan en su trabajo, pero que ni para la realización cinematográfica ni para cualquier emprendimiento narrativo hay algo que funcione en todos los casos.
Para empezar escuchamos una conversación entre nieta y abuela. La nieta escucha a su abuela derivar infinitamente esa conversación.
Conversación como deriva. ¿A dónde vamos con esta charla?
La ciénaga: cosas del norte --> estructuras orales por las cuales un hecho cualquiera, una vez sucedido, se explica como si hubiera sido determinado y anticipado en hechos anteriores. Por ejemplo: la muerte del niño. Podemos decir que "desde que nació sucieron cosas que anticiparon su muerte".
Diálogo como banda de sonido donde pasan muchas cosas complejas.
Sonido-vibración-aire-táctil
Estar sumergidos en el agua se nos hace evidente. Estamos sumergidos en el aire aunque parezca no tangible.
¿Por qué la deriva en el diálogo?
Deseo de movimiento. Deriva por espacios. Una cosa lleva a la otra. Es la expresión del cuerpo.
* * *
Para construir un personaje hay que observar, no saber todo. El dramaturgo se pone muy omnipotente en su afán de saber todo, pierde el misterio, la zona desconocida de un personaje y la deriva se vuelve falsa. Cree que tiene que llevar el sentido entre palabra y palabra.
* * *
¿A quién le habla cada uno? Cuando un parlamento nos suena falso (a diferencia del discurso de la abuela), si escribimos lo mismo y lo dice un actor y suena "duro", es quizá porque los actores tienen conciencia de que hablan para un público. Un personaje se tiene que dirigir a otro personaje. Sin pensar en el espectador.
El diálogo natural no pretende dar información, por eso, visto desde afuera, a veces hay referencias o zonas que no todos entienden.
* * *
Aparece el tema de lo verosimil, la ficción, la realidad.
Notas:
-hay gente que cree que la verdad existe
-hay gente que asocia verosimilitud a naturalismo (un chico explica que la razón por la que "Eterno resplandor de una mente sin recuerdos" no le parece un delirio es porque hay cosas en las que reconoce su cotidianeidad).
Para mí:
-la verdad no existe
-la realidad es una construcción
-verosimilitud es crear un mundo equis, un universo donde esas cosas que pasan, son posibles por la lógica que ese universo propone. Aunque sea un diálogo entre la mesa y la silla.
Martel dice:
-no tiene sentido distinguir ficción/realidad. Le pide al muchacho que por ser domingo se entregue a eso, que mañana lunes puede volver a pensar lo que quiera.
-Insiste en que todo es una construcción y una perspectiva: Salta en sus películas no es la Salta Real, en todo caso, eso no existe. Cada cual tiene y ve un mundo.
-¿Qué es la realidad? ¿Qué es la verdad? Construcciones. Esta postura, insiste, es una decisión política.
* * *
En el diálogo, si un personaje le habla a otro, hay zonas que no son nítidas. Misterio. No hay que entender todo.
* * *
Si trabaja con no actores o con niños no les muestra el guión. Mostrarlo transformaría su forma de decir en el esquema visual que es un guión. Haría las pausas y las impostaciones para las que justamente no fue llamado.
El actor, en cambio, está entrenado para leer un guión y deshacerse de esas marcas textuales-literarias. Es un procedimiento complejo que por falta de técnica, con niños y no actores es contraproducente.
Por eso, les dice una y otra vez qué es lo que tienen que decir y repasa las formas, pero en forma oral, sin mostrarles nunca lo que está escrito. El RESPETO a la palabra escrita hace que ese diálogo, en boca de los niños y no actores, se vuelva falso.
Les cuenta la historia y les repite lo que tienen que decir como si fuera un cuento.
Pero nunca, nunca hay improvisación. En su películas todo está pensado y los diálogos se dicen tal cual están escritos.
* * *
Adolescentes-algunas parejas: monstruosidades. Más de una persona que funcionan como uno. La unidad está en el sonido. Se completan las frases. Es un sólo discurso. Hay un sonido adolescente que es todo uno, pese a que sean un conjunto de individualidades. El monstruo se desplaza.
* * *
Las estructuras que más pesan sobre nosotros al escribir son las gráficas, las de la tradición literaria. El lenguaje escrito en su concepción decimonónica. Una cosa debe responder a la otra y cuando queremos violentarlo lo hacemos torpemente.
Las estructuras sonoras nos dan complejidad. Los personajes se fusionan, o hay preguntas que no tienen respuesta, hilos que se abren sin cerrarse, conclusiones a la nada, el lenguaje como deriva.
* * *
Que la intención del autor no se sobreimprima de modo que aplaste a los personajes. Dejarlos hablar es dar cuenta de que no conocemos todo de ellos. Hay algo que no es abarcable. Eso deja misterio. No conocemos a las personas en su totalidad. Conocemos cosas. Si queremos conocer personajes en su totalidad, mostraremos algo falso. Hay aristas, hay aspectos, pero no totalidad.
Mío: además hay parte que completa el actor.
* * *
La comunicación es fracaso. Por eso las conversaciones duran mil horas. Porque intentamos sobreponernos de ese fracaso y seguimos intentando salir de la soledad que es nuestro propio cuerpo.
* * *
Buenos Aires, o la gran ciudad: en los discursos está muy presente la cuestión de la presentació y la explicitación de los sentimientos.
Ciudad psiconalizada.
* * *
Desconfiá siempre de lo que te parezca el atajo.
* * *
La intención no pasa por nombrar la cosa. No hay que explicar ni nombrar.
* * *
Otra vez Buenos Aires. Ciudad psicoanalizada: "yo tengo culpa". Todos nombran sus sentimientos y eso no comunica nada.
* * *
Lo propio de la existencia es no entender y planteamos diálogos donde queremos entender todo o donde damos todo a entender.
* * *
El diálogo es una actitud del cuerpo. Es la forma de salir de sí.
* * *
En el casting hay que buscar no al mejor actor, actriz o niño sino a aquel con el que podés comunicarte. Aquel que puede escuchar y establecer una buena comunicación con ese director.
* * *
No hace storyboard. Define ahí. Filma pocas tomas. Trabaja de manera austera con la imagen por la importancia que le da al sonido y el trabajo previo que ya tiene hecho ahí.
El equipo, igual, tampoco improvisa. Hay extensísimas reuniones para definir la iluminación, las tomas de sonido, etc. Pero el encuadre lo define ahí, no por poca rigurosidad, sino porque no cree que le aporte definir el encuadre sin ver qué pasa en el set en ese momento, cuál es la luz, etc.
* * *
Lo no dicho existe porque hay una imposibilidad de que todo sea dicho.
* * *
"Uno tenía la idea de lo que era un adulto y vas creciendo y no se va dando". "Pienso ¿cómo era la idea de adulto que tenía?" Y trata de rescatar eso. Sobre el personaje de Freddy (Urdapilleta) en "La niña santa".
* * *
En el encuadre está el deseo de saber más. No llegar a mostrar todo pero que dé curiosidad.
* * *
El cuerpo como encierro que se rompe en la comunicación. O se intenta romper.
La comunicación da lugar a fabulosas monstruosidades.
* * *
Montaje emotivo. Memoria.
Elisión: lo más importante es lo que está afuera.
El montaje es uno de los artilugios más emotivos. Puede, entonces, no respetar el tiempo de acción. Las escenas no empiezan ni terminan y no hay escenas de transición.
A veces es más importante el momento en que dejaste la cámara encendida un instante más, o el que tomaste justo antes de cortar rápido, lo que quedó afuera.
...viene a mojarse los pies a la luna...