Ir a la facultad. Comprar apuntes. Compartir un lindo café. Buen ánimo y sin razones para que caiga. Subir al colectivo de vuelta. Empieza a caer. Digo no, no, no hay por qué, si... Hay por qué, ¿te creés que todo es tan fácil? ¿Que los cambios pasan sin dejar huella? ¿Que de pronto das vuelta la hoja y lo que estaba ya es parte del pasado? Que sea parte del pasado duele. Duele. Duele. Sigo cayendo. Pasado presente alternancia. Digo no pero caigo. No tengo razones si... Sí, por eso mismo que creés no te da razones tenés razones. Dar vuelta la página. Algo queda atrás. Y la incertidumbre. ¿Y si nunca más...? Sabés que sí. Que alguna vez. Que no será quien creías que iba a ser. Y no es la primera vez. Es la segunda. Y duele. Mierda. Sangra. Y estabas bárbara. Reías con amigos. Sin embargo en el viaje en colectivo caer, caer y caer. Acá escribo desde el piso, y como "she´s perfectly ordinary", recuerda esto y reconoce en sí misma figuras, cuestiones típicas, pero igual duele, por más ordinaria, por más que a todos nos pase lo mismo, una y otra vez, y ya no sea con quien creías que iba a ser.
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"En el duelo real, es la "prueba de realidad" lo que me muestra que el objeto amado ha cesado de existir. En el duelo amoroso, el objeto no está ni muerto ni distante. Soy yo quien decido que su imagen debe morir (y esta muerte llegaría tal vez a escondérsela). Durante el tiempo de este duelo extraño, me será necesario sufrir dos desdichas contrarias: sufrir porque el otro esté presente (sin cesar, a pesar suyo, de herirme) y entristecerme porque esté muerto (tanto, al menos, como lo amaba). Así, me angustio (viejo hábito) por una llamada telefónica que no llega, pero debo decirme que ese silencio, de todas maneras, es inconsecuente, puesto que he decidido despreocuparme: pertenece solamente a la imagen amorosa de tener quien me telefonee..."
"¿Cómo terminar un amor? -- ¿Cómo, entonces termina? En suma, nadie --salvo los otros-- sabe nunca nada de eso (...) El amor que ha terminado se aleja hacia otro mundo a la manera de un navío espacial que cesa de parpadear (...). El otro no desaparece jamás cuándo y cómo se lo espera."
Roland Barthes, Fragmentos de un discurso amoroso.
...viene a mojarse los pies a la luna...