Lolamaar

jueves, octubre 20, 2005

 

Diagnósticos

Ayer, cuando decidí que pese a estar triste no iba a perder todo el día (alrededor de las tres de la tarde, un poco lentas mis decisiones, ¿no?) , me cargué la mochila de libros (los que quería leer y el que debía leer) y me fui a un café cerca de casa. Siempre pruebo con los cafés del boulevard Charcas, pero nunca estoy más de media hora: las chicas que toman sol y los hombres y mujeres que pasean al perro al final me molestan, y al aire libre no puedo leer. Así que esta vez intenté otra cosa y me fui a un bar nuevo, frente a la plaza Guadalupe, con muchas ventanas, luz y música linda. Me tomé un café helado (el Iced Capuccino de Nueva York que ayer sirvió para reconciliarme con la idea de soledad y recuperar algo de ese "extrañamiento" de viaje), me puse a leer un ensayo sobre "intimidad" que nos llegó a el intepretador y unos libros ad hoc sobre el mismo tema (kristeva, barthes, esa bibliografía básica de cualquier chica de letras que está triste).
La tristeza no pasó. Pero al menos no me quedé encerrada. Mi analista me carga porque yo estoy atenta a cualquier tipo de conducta para hacerme el autodiagnóstico (hija de psicoanalistas, qué se le va a hacer): si estuviera triste y me quedara encerrada en casa, durmiendo todo el día, me autodeterminaría "depresión". Y eso no. Me quedo con los síntomas pero nunca con los nombres de las enfermedades que escuché desde siempre nombrar en la mesa de mi hogar dulce hogar. Una cosa es ser "ansiosa" y querer tener "todo bajo control", y otra es tener un "trastorno obsesivo compulsivo". Todas estas cosas me sirven de rescate. Cuando creo que estoy por caer en tal o cual diagnóstico, hago un pequeño movimiento para correrme de ahí.
Habrá algo más obsesivo que esto, ¿finalmente?
PD (agregado post publicación -meta blog? je-): releo esto y me parece de tono bastante snob. personaje odioso: boulevard charcas, iced cappucino, psicoanálisis, chica de letras. Una combinación a la que sin duda le falta un poco de barro.

Comments:
Estoy de acuerdo con su apreciación final... aunque no está tan mal dicho, de todas formas, el texto tiene un tufillo raro que puede rescatar para futuros post.
 
Relaje, Lolaamar... si curte boulevard Charcas, estudia Letras y se toma un capuccino o lo que sea.. qué hay de malo en ello?
 
lo del barro es verdad...aunque, como dice c., relájese.
 
La entiendo, porque en mi cabeza se juega todos los días un partido de ajedrez.
 
No, Lola, el barro está en lo obsesivo.
Saludos.
 
si hoy pienso, mañana será mejor. creo que debe ser mi lema de ahora en adelante.
me parece, o hay un aire de tristeza generalizado? serán los días cálidos que nos ponen así? a mí me hacen acordar a viajes y niñez sin tantas obligaciones o cosas en qué pensar. ya sé, me contradije con el principio. no importa mañana voy a ser mejor.

PD: bv charcas es lindo, por un instante pensé que era paris
 
Lolamar,

disfrute de todos esos condimentos sin considerarlos snobs. Bastante hay que lidiar con los síntomas para que nos vengan a hacer problema por lo que nos gusta.

Saludos
 
avanti lolamaar, avanti lolamaar!
 
lolamaar, si no incluye helados en sus posts no la invito mas

s.
 
S! Qué sorpresa por acá! Te ponés S., querés ser parte de este blog y su escritura! Es cierto, justicia poética y demás: vagar por la facultad y que el infaltable y leal S. me invite un helado fue algo tan importante, que no me hizo pensar en ningún síntoma.
vivianne, muy buen comentario. no olvidarse de abrir, aunque uno también mire para adentro.
a todos, sí sí, me relajo, quizá en la exhacerbacion está el barro, y sino, al menos me río de eso.
 
®: te extrañé hoy.
 
Kristeva en momentos de depresión puede llevarte al suicidio. Cuidado.
 
Más que snob, puede ser frívolo. Pero que carajos importa? Mi conducta humana es absolutamente similar en las mismas circunstancias. Sólo transcurro toda una tarde encerrada en mi casa, si y sólo si, estoy en armonía total conmigo misma y, por lo tanto, feliz. Como esos instantes de plenitud son harto difíciles de lograr, suelo alejarme de mi casa, casi cotidianamente. Por lo demás, no soy hija de psicológos, ni me he analizado ever. Soy neurótica al extremo, hija y nieta única, y un completo desastre en mis relaciones interpersonales. A pesar de todo, soy patológicamente optimista. ¡No puedo evitarlo! Siempre que abandono mi hogar y vago sola por las calles y bares, tengo el vicio de confiar en que algo extraordinario me va a suceder.
PS: El libro que me acompaña actualmente, en esas huidas: Proust, Es busca del tiempo perdido, II: "A la sombra de las muchachas en flor".
 
Contrario sensu, me pa que el condimento snob se lo dio la aclaración final, casi culposa, casi cuidando la imagen...
:P
 
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