Me paso el día emocionada por el nacimiento de alguien que podría ser tan cercano como lejano. Cuestión de tiempo. El llamado para contar que ya nació es de por sí emocionante y después de eso sólo pienso en bebés, en embarazos (empieza la primavera y las embarazadas se multiplican, ¿o no?) y en celeste y rosa. Las conversaciones con Inés, las hormonas, los niños y el futuro. Leo a Marina, la expresión justa: "el sexo es mucho mejor si hay amor y deseo (aún como fantasía) de procrear". Hay días en que sólo podría citar, hablar robándoles palabras a ellas, las sabias. Días en que quisiera no tener que parecer nada, andar a llanto y camisón y encontrar en tus ojos limpios el reflejo de los míos mojados.
Quisiera creer que soñar no cuesta nada, y hablar todos los sueños, encontrarnos a fantasear como si fuera un juego de asociación libre y que eso sea la felicidad toda.