Suena la lluvia. Me hubiera quedado en la cama, un desayuno para los dos, los textos desparramados, su entusiasmo divino por contarme lo que lee y por qué tal es tan bueno y tal otro tan despreciable. No nos une el objeto pero sí la pasión: en vacaciones yo podría devorar libros de política y él de literatura (salís ganando, la literatura, igual, es más divertida). Me acuerdo del jueves de la gripe y pienso qué puedo hacer para escapar de aquí. Nada. ¿Nada? Que me asalten poderes para desafiar la rutina.
Tengo miedo porque hay algo que ya sucedió. Me tiré por el tobogán, se convirtió en montaña rusa y aunque tiemblo no quiero que se detenga. Me perdí o me encontré. Crucemos los dedos y empecemos a creer en la suerte. Empecemos a creer en todo lo que pueda hacer para que la magia no termine. Para los niños el recorrido en el tobogán debe ser más intenso que lo que vemos desde afuera. Quiero jugar mi juego, inventar mi tobogán.
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Ayer hablábamos de los diagnósticos, o de cómo voy a la psicoanalista y cada tanto le digo "¿seré obsesiva compulsiva?", "¿seré bipolar?", y le hago prometer que si tengo alguna patología ella me lo va a decir.
Hoy pienso, después de sí haberme escapado en la oficina, para delirar una hora en un café: "¿compulsión a la repetición?"
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Pero quizá no sea eso. Recibo la carta astral que me hizo Elemental con la condición de que yo aceptara la publicación de nuestras compatibilidades en su blog (es asombroso -aunque me relaja- que seamos tan poco compatibles, o que la más alta compatibilidad esté dada en una posible amistad: los índices más altos están en "comprendimiento mutuo", "amistad", "agresividad" e "inspiración personal"). Entonces, lo que creo que es compulsión a la repetición, quizá no sea más que una conjunción de características particularmente dispuestas en mi persona (puestas en repeat ad eternum...)
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Lo que es extraño es que lo que dice la carta astral que Elemental me envia por mail no coincide en casi nada con la que él publica sobre nuestras compatibilidades. La que llega por mail es más certera. Publico acá parte de ese post, ahora con mis propios comentarios:
Elemental es cálido, afectivo y necesita de la gente, de conversar y estar acompañado, y considera muy importante la armonía. Lolamaar es emocionalmente reservado y no muy dispuesto a respuestas afectivas o demostrativas (ERROR!, espero acá testimonios que lo atestigüen, please amigos). Elemental es bastante dependiente de sus amigos, mientras que Lolamaar es más auto-suficiente emocionalmente y/o teme la necesidad, dependencia y vulnerabilidad emocional (temo a eso, es cierto, porque soy mucho más dependiente y vulnerable de lo que quisiera). Elemental encuentra seguridad en las relaciones personales, Lolamaar la encuentra en el trabajo, realización y éxitos materiales. Lolamaar, en realidad, toma la vida seriamente y tiende a trabajar más de lo necesario, (what?!) mientras que Elemental es más equilibrado y quiere pasar el tiempo sociabilizando o descanzando más de lo que Lolamaar hace. Lolamaar prueba a sus amigos si son sinceros y confiables, y a menudo le toma tiempo abrirse y confiar. Lolamaar puede ser un poco cínico (a veces, sólo cuando estoy inspirada), mientras que Elemental es más idealista. Los dos pueden ser buenos amigos aunque su amistad puede crecer lentamente.
...viene a mojarse los pies a la luna...