Intenté publicar un post cientos de veces, todas con dudas, ayer por la tarde, cuando blogger no funcionaba bien. Lo tengo guardado y quedará así, no tengo que olvidar las relaciones personales.
Cansada de pelear con blogger, fui a tomar café con una amiga averiada igual que yo. Los mismos males. Recorridos parecidos: la gripe, la cistitis y lo que siguió. Y si me llama o no me llama. Queremos gustarles. Nos reímos por lo predecible de nuestros miedos: cuando volvemos a la computadora, o esa misma noche, todo es como esperábamos que sea. Cucharita cucharón, con mucho alcohol pasamos la noche.
Recuerdo que conté la escena del comienzo entre F y G: el vómito ya en casa, primera vez, después de una fiesta. Lo escatológico ahora me roza pero no me da asco, si a vos no te da... Las conversaciones de fondo suceden en la ducha, las que sirven para escuchar cómo piensa, con qué sueña y a qué le teme.
Si hablamos, nos entendemos y encontramos el ritmo. La música suena en armonía.
...viene a mojarse los pies a la luna...