Me gustaría saber -al estilo de investigación internacional trucha, en el gran diario argentino- cuánto influye el clima primaveral en las alzas del ánimo popular. (¿Se acuerdan de ese anillo que cambiaba de color de acuerdo al ánimo de quien lo llevaba?)
Puedo no saber también, no me importan nada los porcentajes inventados. Me contento con mi buen humor matutino extendido al día entero, mi casa al sol, ventana abierta, qué lindo ayer, y ahora las ganas, lavar la ropa, hacer las compras, el pelo está más largo, la duda de si me lo corto o lo dejo crecer, hoy me gusta así, cuando ya no me guste iré a cortármelo...
y oh, sí, qué sencillo, claro, una buena filosofía para aplicar a otras cosas:
Hoy me gusta así.
Mañana vemos.
...viene a mojarse los pies a la luna...