Es septiembre cumplo un año de inestabilidad y recién me di cuenta ayer.
Una inestabilidad pretendida estable barrió de forma casi irrespetuosa con cuanta persona veía en mí a alguien solvente. Sigo eligiendo arder a durar, pero quizá es momento de que las cosas se tranquilicen un poco, de abandonar los intentos de etiquetar relaciones que sólo vienen a romper etiquetas.
Ayer escuché todas cuestiones acertadas, pero incluso decir tenés razón resultaba demasiado doloroso.
Fuego artificial. Se ve precioso pero se desvanece rápido. Es fuego, sí. Artificial.
Lo único que puedo anunciar ahora es: Cuidado. Wet floor. Podés resbalarte.
Y que quiza sea el cuidado, por una vez el cuidado, lo que permita plantarme en otras bases.
...viene a mojarse los pies a la luna...