Alguien se muere, me impresiono y pienso en eso y en tantas otras cosas. Pienso con nostalgia de cosas que ya pasaron y también de cosas del presente. Pienso en la comunicación con ciertas personas. Con otras. En los que hablan y los que no hablan. En lo que yo digo, a veces con abundancia. Y como todo es cine, me acuerdo de Corre Lola corre. Creo que en esa película (¿o en Soy Linda? con la misma actriz), la protagonista aprende que siempre, cuando se despide de la persona que quiere, debe decirle "Te quiero". Que no está demás, y que después no se sabe.
La muerte no me hace justificar todo lo que en estos días me parece injustificable, pero me permite balancear lo que parece grave de lo que no lo es tanto. Lo que es injustificable, sigue así, pero no voy a quedarme con las ganas de decir "Te quiero" cada vez que me parece decirlo.
...viene a mojarse los pies a la luna...