Como salga. En diez llega L. Hoy es día de playa. Por fin. Estoy en la sala de prensa, ya retiré mis entradas (para una peli argentina en la que trabajan unos conocidos, pero de la que no tengo idea ni me tienta especialmente, y para un homenaje a no sé quién con música de axel krygier en vivo) y en un rato colectivo al mar.
Cada día cambia la normativa de las entradas. Se puede hacer un pedido con un día de anticipación pero rara vez se cumple. Hoy, cuando me quejaba de eso en el mostrador, sacaron el sobrecito con mi nombre y me dieron una de las entradas que había pedido ayer. Finalmente la rechacé porque es por la tarde y prefiero quedarme en la playa... Y claro, hoy ya restringen las entradas a dos por persona, entonces tuve que elegir y preferí cubrir el horario de la noche, ese horario en el que si estás sola, la angustia se hace riesgo y la tranquilidad posibilidad. Así que hoy, espectáculo a las nueve y cena por mi cuenta. Mañana se viene un día agitado, tres películas a la mañana y alguna a la noche. Hoy dormí poco así que a la noche querré descansar (la tranquilidad como posibilidad).
Ayer, una película malísima y después fiesta en el Hermitage. Esa cosa de presentar acreditación y entrar después del horario en el que sólo entraban invitados especiales, esa avidez por querer estar (había más razones y no había otros planes en la ciudad), todos desesperados, antes comida gratis y bebida y yo no estuve pero supongo, como siempre en esos casos, más desesperación. A las cuatro y pico, un té en la única cafetería abierta cerca de la terminal y al hotel a dormir.
Amigos, pasaron siete minutos, pero antes de irme voy a intentar conseguir un café. Saludos. LM.
...viene a mojarse los pies a la luna...