La chica ochonuncadiez ahora es una chica dos. Sí. Dos. Bloqueo y bochazo. Cuando uno por dentro sabe que no va a aprobar, que la cabeza es un quilombo, que estudié mucho pero que igual la energía era recontra negativa... no tiene sentido. En el colectivo de vuelta al barrio pensé un montón de cosas. Si fuera menos psicoanalizada estaría mejor. Ahora tengo que pensar por qué me pasó, por qué no pude exponer el tema, por qué me bloqueé y no respondí ninguna pregunta. Por qué, por qué, por qué. Y no quiero, me da fiaca. No es por el dos. Eso no importa. Es reflexionar sobre las razones. Es saber que hay ciertas cosas que no puedo sacarme de encima. Pienso en lo que no hice estos días. En los días de mis vacaciones que usé para estudiar. Odio esta materia y ahora parece que no voy a terminar nunca la carrera. Un pensamiento negativo trae otro y otro y otro. No termino la carrera, no quiero estudiar, qué quiero hacer, no sé qué quiero hacer, soy una mediocre total, ahora tengo un dos y el promedio arruinado. Nada me sale genial. Podría haber sido actriz y no fui. Podría ser una escritora buena y no lo soy. Podría ser crítica literaria o al menos una buena estudiante y tampoco. Voy picoteando de todos lados, construyendo una pelota hueca que sólo tiene lindos colores.
Pasan los años, me vuelvo más grande y todas las ilusiones se rompen como pedacitos de papel que el pueblo tira por las ventanas.
Todo es más o menos o malo e incluso lo que sale más o menos requiere un gran esfuerzo. No tengo ningún don. Como dice aquel poema...she´s perfectly ordinary.
Estoy agotada. No voy a llegar nunca a nada.
Espero (al menos, algún día) ser una buena madre.
(¿de dónde sale esto?).
...viene a mojarse los pies a la luna...