Agotada. Las ilusiones sobre la casa ordenada y siempre limpia ya son viejos deseos. Salgo cerca de las nueve de la mañana y vuelvo como mínimo a las once y media de la noche. Ni lavar la ropa ni barrer, la cama apenas estirada y el baño, un desastre. Convivir con mi obsesión irrealizable de limpieza puede ser un buen tratamiento para aprender a tolerar(me).
De todos modos, más allá de las corridas obligadas, no son días automáticos. Quizá por el sabor todavía nuevo de esta cursada, por los textos que tengo que leer y aún no leo, porque hay un extraño sabor a no sé qué. Una chispa que por momentos llega a encenderme.
Entre antes de ayer y ayer escribí un texto para el interpretador que me consumió casi toda posibilidad de dedicarme al blog. Pero aquí estoy de nuevo. Y ayer, también, conocí a Flor y entre todo lo que hablamos también hablamos del blog, y lo que implica y para qué y todo eso. Ejercitar la escritura y agudizar la mirada. No es poco ¿no? Primer práctico de Argentina II. Cuando tenía que referirse a Saítta, el profesor, varias veces, dijo Bea... o Sar... (por Beatriz Sarlo, claro) hasta que se daba cuenta y cambiaba por la actual titular de cátedra. Y fue hasta tierno cuando para hablar de Lynch (Benito, no David) se equivocó y dijo Link. Ok. Esto no es gracioso si no sos de Letras y si sos de Letras quizá tampoco, pero a mí me divirtió. La clase estuvo buena, incluidos sus diez minutos en el que (aunque él diga que no) amedrentó a los estudiantes diciendo que si no cursamos bla bla bla y si no leímos bla bla bla lo más probable es que no podamos seguir la cursada y que después nos vaya mal. Tiene razón. Pero el tono era raro. Parecía la venganza de Fredy Kruger (o como se escriba). Pobre el amigo ingeniero, que cursa de oyente Argentina II, y miraba con cara de qué hago acá, además de decirme "pero están contando el final!" cuando el profesor avanzó sobre la novela y llegó a hablar de los últimos capítulos. Esto es así, amigo, no sabés la fuerza que hay que hacer, a veces, para entregarse al placer de la lectura.
...viene a mojarse los pies a la luna...