Lolamaar

jueves, marzo 02, 2006

 

Edipo

Soñé que llamaba a mi analista (no soy de las que llaman a la analista, nunca. Soy más bien de las que NO llaman, por más que me esté muriendo, puedo llamar a mil amigas, pero nunca a la analista). Son días de descontrol. Encima me di cuenta de que mejor parar un poco con las pastillas y entonces me da miedo que se me caigan las tetas, que se apodere de mí un descontrol hormonal imparable, volverme irregular, indisponerme para siempre o no indisponerme nunca más. Quiero estar sola pero dudo de poder estarlo. Tengo que estudiar, pero siempre pasa algo, si no es que debo quedarme más horas en el trabajo, me pasa como ayer, un bar y dolor de muela, insoportable. Muela de juicio se extiende a dolor de cabeza y entonces, claro, ¿cómo estudiar? ¿cómo entender? La neurosis se apodera de mí, y eso que también puedo ser una chica sensata. Acuña de Figueroa y Corrientes. Lo intento, estudio, estoy concentrada, me festejo en silencio. Minutos después, la muela. Tendría que habérmela sacado hace tres años, pero no. La nena caprichosa, hija menor, miedosa y consentida, le pidió al dentista que parara porque no podía soportar el dolor de la anestesia. Todavía no había empezado la operación. El médico no paraba de hablar como maníaco sobre la guerra de Irak y los soldados muertos, yo miraba los instrumentos con que cortaría mis encías, cerraba los ojos y me echaba hacia atrás, hasta que cuando vi que tenía un cúter le dije, para, por favor pará, me tengo que ir. Y afuera Papá, vamos. No puedo.
Y así estoy. Ahora la muela me duele cada tanto, especialmente cuando estoy nerviosa. Entonces ayer, en el bar, cuando ya sabía que no podría seguir estudiando, cargué crédito en el celular y llamé a mi padre, médico él, siempre con sus remedios encima. Justo lo encontré y justo tenía tiempo. No soy de hablar mucho con mi papá. Cuando era chica, me daba miedo. En general peleamos, o no hablamos. Ayer se vino a donde yo estaba y con la excusa del dolor de muela tomamos un café y comimos un tostado. Hablamos bastante. Se despachó él diciendo cosas sobre mis chicos, cosas lindas de unos, cosas feas de otros. Me hizo reir. Sobre el que le gusta no quiso hablar demasiado bien, creo yo para no sembrar resistencia. Sobre el que habló mal, uff, nunca me imaginaba a mi papá hablando así. Fue divertido. Le descubrí los ojos verdes chiquitos y los vi parecidos a los de A. Pensé en ese parecido como la razón de mi Edipo, que me parece debe ser enorme. ¿Cómo se zafa de los Edipos? ¿O no es necesario? Porque de pronto, sin pelear, y hablando así como si nada, me empecé a emocionar y me dieron unas ganas de llorar que cómo explicar... Mi papá hablaba y yo pensaba cómo voy a hacer cuando se muera, quién me va a traer la pastillita para el dolor de muela al instante del llamado, quién va a hablar mal de los novios que me hacen llorar y bien de los que me cuidan, quién va a contar sus recuerdos del campo y las anécdotas del zeide y la bobe.
Le pregunté si leía el blog y me dijo que no, que si yo no se lo permitía no... Pero se reía, y sé que la dirección está guardada en la computadora de mis viejos. Si lee esto (aunque supongo que si alguien está atenta al blog es mi mamá más que mi papá), espero que sonrías y no te asustes, yo ya te avisé que no me hacía cargo.

Comments:
en estos días que todo me emociona, me emocioné mal. el otro día lloré con la muerte del chiqui de okupas, y eso que ya me lo había visto la temporada pasada. besos, lauf.
pd: también a punto de dejar las pastillas y archivar todos los recuerdos en alguna carpeta de la computadora.
 
Lolamaar, es el complejo de Elektra el que se genera entre la hija y el padre. El Edipo es entre el hijo y la madre.

Y disfrutá de tu padre, que bien puede estar al pie del cañón en cuanto te duele la muela. Porque a mi, si me enfermo me cuida Magoya, y si se me antoja ir a la plaza a tomar mates... no es con mis viejos con quien tengo la posibilidad de ir.
 
mmm... con todo respeto, no creo que uno deba disfrutar a los padres porque los tiene. Hay padres que mejor perderlos. Hay padres que "todo bien" porque son tus viejos, pero son gente de mierda igual.
Yo creo que hay que valorarlos porque (o cuando) nos aman, porque se las arreglan (con sus extrañas maneras) para que lo sepamos, y sobre todo, porque nos hacen saber que están (en cualquier forma en que se pueda estar).
A mí también me emocionó. Quizás porque yo también tuve un buen tiempo en que "en general peleamos o no hablamos". Y luego la oportunidad de recomponer o crear algún lazo.
Y no. No es necesario zafar de los edipos. Es lindo tener un Edipo. En los tiempos que corren es cosa de unos pocos afortunados.
 
Mi papá no conoció a ninguno de mis chicos, pero igual creo que siempre los elegí pensando en él, de alguna manera mi papá siempre es y será mi referente, y recién me doy cuenta de que estoy enamorada de alguien cuando en un detalle, o en algo, no sé, algo inexplicable, me hace acordar a papá.
Muy, muy, muy lindo post.
 
ah, qué hermoso post, Lolamaar. Yo también tengo mi complejo de electra. Y mi padre siempre se ha divertido criticando a mis novios salvo cuando me hacían llorar.
Respecto a la muela de juicio ¿será que sos muy juiciosa? No querer perder el juicio en esta época tan desquiciada es una decisión que hace a tu relato aún más interesante.
 
No se zafa lolissss...y es de Edipo, le juro que es de Edipo. Uno sólo se entera y vive con ello de la mejor manera. La suya parece ser buena.
Abrazos
 
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