Primer post del 2006. Dos de enero. Mi primer dos de enero en una oficina. Mi primer trabajo en una oficina. No es grave. Es año nuevo y todo continúa. No se corta por vacaciones. Pienso en fines de semana en alguna pileta. Ruego un fin de semana en la playa. Sol para broncearme.
Mi comprañera de oficina se fue y todo está tranquilo. El trabajo, más o menos bien, y algunos días de tirandomásabien que a másomenos (estoy optimista: hay días que pienso que es insoportable, pero no). Primer trabajo en oficina y primera casa. Algunos yendo a la montaña, otros yendo a la playa, otros en las oficinas o en sus casas quizá lean blogs como yo leí recién antes de empezar a escribir este post.
El fin de semana fue como un día extensísimo de unas cincuenta horas. En el medio, la noche de año nuevo (que para mí sigue siendo mejor que la de navidad) con mucha familia en casa (casa de mis padres, ahora), mis primos varones, las primas de mi mamá que son como mis tías. Faltaban mi hermana y Clarita. Hablo por teléfono con mi hermana y le digo que en el blog hay una foto del departamento, casi especialmente para que ellas vean.
Antes y después, sábado y domingo, lijar, pintar, manchar el piso, mancharme yo, mancharse él. D. firme conmigo, las lijas, los pinceles, el rodillo y las manchas. Estar o no estar. D. está ahí, está acá. Es fácil. Es divertido. Se puede.
Pienso que estoy como una madre primeriza, pero en vez de hijo con casa nueva. En vez de hablar de pañales, hablo de pinturas y visito bazares con devoción. Pienso en herrajes y lámparas. Me voy a volver aburrida y monotemática. Estreno dudas (prácticas: dónde, cómo, a quien llamar para... ) y corro el riesgo de volverme obsesiva (¿saldrán las manchas de pintura del piso? y ponerme a fregar frente a S., su chica y D. que intentan comprender y vaya a saber qué piensan). El balcón, al menos por el verano, es el lugar hitero de la casa. Las visitas se reúnen allí para mirar el cielo y delirar al deducir que la ciudad está llena de objetos voladores no identificados.
¡Temporada de ovnis! escucho en el balcón del piso 13.
Esperamos buenos capítulos.
...viene a mojarse los pies a la luna...