Por todos lados, conversaciones sobre el amor. Parejas nuevas, algunas que se separan, apariciones de los ex, dudas, certezas y mucha conversación pseudo teórica y experiencial sobre el amor. Si los hombres tal cosa. Las mujeres. Yo qué. Vos qué. Él. Ella. Llamados. Mensajes de texto. Palabras y palabras rodean al amor.
Desde el dermatólogo hasta la clase de yoga, colectivo 151 mediante, un montón de pensamientos que hubiera sido mejor no... Como si de pronto hubiera entendido algo. Razones para el desamor de... Entonces esto... ¿fue así? Fue así. Y ahora. Ahora claro.Y todos los miedos del presente. Hice un llamado desde un locutorio. Un poco ridículo, sí. Tengo miedo de que...
de que un día no me quieras más.
Y a la noche, con mi amigo S., charlar sobre lo que podría llamar el baqueteo del amor. Pérdida de la inocencia, o lo que sea. Cuesta creer después de haber creído alguna vez, y otra, y que nada de eso haya funcionado. Siempre pasa. Siempre es probable (lo más probable) que en algún momento no funcione y se termine. En el medio se aprende que uno puede solo. Que el otro siempre es otro y que entonces puede no estar. Pero no. Yo quiero desaprender:
Me imagino un spa amoroso, un mar para flotar mientras se caen las escamas de la resistencia, un abrazo cálido y esos ojos claros, para desenredar el nudo, para cerrar heridas, para volver a amar hasta la locura de creer que puede ser para siempre.
(aunque al final de todo, como siempre, no lo sea).
...viene a mojarse los pies a la luna...