Leyendo el último post de Pola, me acordé de esta escena: Yo tenía quince años. Iba a Hebraica, club judío típico, bastante laico. Durante dos años hice la "escuela de líderes" (o de madrijim, como prefieran llamarlo). Al mismo tiempo, iba a una escuela laica, y la primaria la había hecho en una escuela del estado.
Cada tanto teníamos charlas con gente de distintas posturas y creencias. Un día vino un rabino conservador a conversar con nosotros. Éramos unos setenta adolescentes escuchando al hombre que preguntó:
__¿Alguno de ustedes no cree en Dios?
Yo por mis adentros siempre me incomodaba cuando llegaban este tipo de cuestiones. Pero ese día, me regocigé en mi marginalidad y levanté la mano.
Fui la única que levantó la mano, entre setenta chicos de quince años, para decir que no creía en Dios.
...viene a mojarse los pies a la luna...