A las cinco y media salimos desde San Telmo hacia la finca en Ezeiza. La boda del querido JP. Peluquería a las tres y cambiar el clásico brushingconmovimiento por difusor-que-me-arma-los-rulos. Rulos locos medio ochentosos, bronceado desparejo emparejado con base, y un color que por fin, después de crema exfoliante la noche anterior, queda bien. Los tacos se ponen difíciles en la media cuadra que camino por Balcarce hasta tocarle el timbre a E. S. llega al mismo tiempo. Traje y corte de pelo. Baja E. y los tres, entre adoquines y glamour, vamos hasta el auto.
Ceremonia al aire libre y muchas palabras de amor. M. y JP se miran y se adoran. Los casa un amigo. Después, ella le habla a él. Y él le habla a ella. Compromiso. Familia. Amor. Justicia. Mundo mejor. Amigos suben al altar para decir algo, S. improvisa unas palabras de parte de nuestro grupo y después los niños de la fiesta entregan los anillos.
Por fuera los ojos llorosos y por dentro preguntarme si me pasará alguna vez. Si yo quiero que me pase alguna vez. Y sí. Qué estúpida. ¿Estúpida? Contagia el amor y de pronto ganas de que alguien alguna vez me diga que quiere ser el padre de mis hijos, elmejorpadredelmundo. Que alguien diga mi mujer. Todas esas cosas de la cultura occidental a la que pertenezco a veces con cinismo pero vamos, sin mucha resistencia. Me veo en un altar queriendo tanto tanto que no haya dudas. Verme en un altar es raro. ¿Yo? Desear para siempre y no tener miedo. O tener miedo, y desear para siempre, igual. No importa pero importa. Las ceremonias importan. Escribo y la que era yo a los quince años me mira prepotente, apoyada en una pared, mascando chicle, y me dice qué pasó lolamaar. Pasó que no me da vergüenza, como a los quince, decir que sí, en algún momento quiero casarme, ¿y qué? ¿y vos? Se va. No tiene argumentos.
Fiesta fiesta de mucho bailar y mucho comer. Hace falta que te diga, que me muero por tener algo contigo... entran así y bailan divino. Este año fui a tres bodas muy distintas. Pero en las tres se casaban parejas con estilo. Un estilo contruido entre los dos. Algo consolidado. Fundante. Nosotros.
La de quince se fue sin argumentos y la de ocho, sin represiones, grita, yo también quiero!!!!
Doce horas con los tacos, ay mamita cómo duelen los pies, pero justo cuando me voy a sentar pasan ese tema que me gusta tanto y entonces a seguir bailando hasta lo imposible.
Foto al momento de bailar todos nosotros como locos en el altar.
Foto a los amigos. Foto a los novios.
Foto a las dudas en la noche helada.
Foto para la que no hay luz y no hay flash.
Y a las certezas.
Foto, también, a las certezas que rompen el cascarón de la vergüenza sin dejar de sospechar.
...viene a mojarse los pies a la luna...