El miércoles yo estaba sola en casa cuando suena el teléfono. Mi mamá desde su consultorio de Banfield. Hola. Hola. ¿Todo bien? Bien. Y entonces dice algo así:
__Voy a aprovechar para decirte algo que quiero decirte hace tiempo.
__ ....?
__ Quería preguntarte si tenés algún problema con tu abuelo Alfredo (mi abuelo materno, a mi abuela no la conocí), porque siempre escribís sobre tus abuelos paternos y tenés una foto de ellos en tu habitación... Yo estoy un poco angustiada por eso. El abuelo Alfredo siempre te llevaba a pasear, a ver los granaderos, a darle de comer a las palomas, al zoológico... se venía desde Lomas de Zamora para pasear con vos... ¿Vos no lo querés porque era un poco fascista?
__ .......!!!!????####@@@!!!!!!! Qué?!?!?!?!
__Quería decirte eso...
__ No sé má... No, no es nada. No es eso. ....
Y explicar cuánto quería a mi abuelo Alfredo, un comerciante de Lomas de Zamora, fascista por ignorante más que por elección ideológica. Y pensar en voz alta que con los otros abuelos quizá hay más afinidad intelectual, pero ni siquiera eso. No sé.
En el intento de explicar lo inexplicable me olvidé de contar que en las últimas semanas pensé mucho en el abuelo Alfredo, reconocido por su sentido del humor, por hacer chistes todo el tiempo (hasta uno o dos días antes de su muerte, él galanteaba a las enfermeras en el hospital) porque esos chistes del Abuelo Alfredo se parecen a los que desde hace un par de semanas me cuenta Él y me hacen sonreir todos los días.
...viene a mojarse los pies a la luna...