Salgo al correo. Salir de la oficina a media mañana está bueno. Si hay sol y brisa como hoy, mejor. Demasiada gente, voy a tener que volver después. Salida de media tarde.
A la mañana me encontré con un mail que no esperaba y que además me emocionó. Los nudos de a poco intentan desatarse. No se desatan así nomás. Así nomás no sirve. Sangre, sudor y lágrimas. Tampoco tanto. Sí un poco de lágrimas.
En estos días pienso en Almodóvar. La mirada. Quisiera ponerme unos lentes rojos de carey y sentir la vida así: todo intensidad. Amar, sufrir, perder. Sangre y sudor.
Sólo un juego pero no. O sí. Todo juego. Acción-reacción frente a la rutina.
En Almodóvar todo es sí. Todo es aceptar a fondo lo que se nos propone. Lo que parece ligth deviene trágico. Me gusta eso. Ironía. ¿Creías que era ligth? Mirá. Y entonces el enfermero se curte a la comatosa y la deja embarazada, o se suceden los crímenes y los suicidios.
No digo que la vida tenga que ser así. Pero sí con color, humor, intensidad, y que caiga, entonces, por su propio peso.
Sangre, sudor y lágrimas.
...viene a mojarse los pies a la luna...