Conocí a Laura a fines del 2002, en una de mis tantas visitas a Neuquén.
Yo había visto en el diario que la ex mujer de A. exponía sus cuadros en un bar. Quería ir a ver. La ex mujer de A. es una artista plástica reconocida tanto por su obra como por su locura y conmigo siempre tuvo una relación de odio y violencia que alguna vez servirá para una ficción melodramática.
Fui al bar de la exposición. Miré como si ahí pudiera develar alguna verdad o entender un poco más de esa locura. Los cuadros eran buenos. Detrás del mostrador había una chica. Tomé un café. Hablamos. En Neuquén se conocen todos. Yo quería saber más pero tenía que ser discreta. Nos presentamos. Le pregunté por los cuadros y la pintora.
__Es una diva__ dijo.
Yo no entendí si era una apreciación positiva o no. Seguimos hablando. Enseguida hubo confianza. Contarnos cosas y contarle. Laura actriz. Laura que nunca salió de Neuquén. Laura que conoce la noche como pocas y tiene miles de anécdotas, de las divertidas y no tanto.
Enseguida más información y reirnos porque sí, la ex de A. era una loca reloca.
Nos contamos la vida y al día siguiente volví. Y al otro día le llevé unos cuentos. Y los leyó. Le gustaron.
Después me presentó gente, me hizo amigos. Me ayudó en los momentos difíciles, en las tantas horas que pasé sola en Neuquén. Con ella adaptamos el cuento de Lola a teatro y ensayamos durante un verano.
Laura es una mujer fuerte de historia difícil. Tomó decisiones y se hizo cargo, y también se hizo cargo cuando quiso tener a su hija Esmeralda, a pesar de todo, de las ausencias y de las dudas.
Me acuerdo de su embarazo, de jugar a pensar cómo sería la nena si era nena, como sería si hubiera sido nene. Ayer Esmeralda cumplió dos años. Me acuerdo que cuando nació le mandé una carta de bienvenida, en un momento en que para mí el mundo estaba dividido entre los amores del sur y la vida en Buenos Aires. Hoy yo estoy de lleno acá. Laura allá. Ojalá pronto nos veamos. Mientras tanto nos escribimos y ella lee este blog. Por eso este post para ella.
...viene a mojarse los pies a la luna...