Lolamaar

domingo, octubre 16, 2005

 

Expresso 48hs (la voz)

Un sábado que duró 23 hs. A las 6.30 levantarme y estudiar últimas horas antes de parcial. Que por fin la ciencia ficción se vuelva lingüística y lograr entender al menos algo de lo que voy a tener que hablar poco tiempo más tarde. Rendir y creer que salió más o menos bien. Por la tarde, post parcial, post tensión y con mucho hambre, reunión. A la noche cine. Fiesta. Dormir recién a las 6 del domingo, hasta las 12 y feliz día má, bañarme rápido, restaurant con familia, pasar por casa, imprimir y leer en voz alta, dando vueltas por la cocina, algunos nervios, un mate y partir hacia encuentro de el interpretador.
Entre cruces, miradas y nervios, el encuentro, como siempre, salió bien. Ajustes de último momento, organización desorganizada, amigos, gente nueva y clima. Lo difícil de unir caras desconocidas con nombres leídos. Quién será quién. Ni siquiera conocemos las caras de algunos escritores invitados. De a poco se arma. Y empieza.
Apariciones, nuevos cruces y más miradas.
El momento más relajado es el de la lectura misma. El instante. Bajo la luz con micrófono que apunta y da miedo, texto sobre la mesa. Que por un momento nada más importe, al tiempo de que todo importa mucho y cobra distintas significaciones, me tranquiliza. Despliego el texto y me despliego. La adrenalina tapa nervios. Los años de teatro (o lo que sea que es) hacen lo suyo sin premeditación y me sumerjo en la voz que narra y entonces soy una niña, que aunque no está a salvo puede creer que sí, que puede mirar con ojos propios eso que pasa y parece complejo. Escucho mi voz y me parece aniñada. Pero no importa. Más que leer me gusta contar el cuento. Ella habla.
Los demás textos (hasta el momento y me parecerá después con los posteriores) me parecen tan adultos que me da un poco de vergüenza pero al mismo tiempo no me importa y entonces la sensación es rara. No me importa porque lo disfruto. Mi voz aniñada es la voz que tengo ahora, es la voz (o es una de las voces) por donde pueden salir emociones y relatos. Es una mirada no tan inocente como parece. Es entender la complejidad de otro modo. A veces esa voz me rescata. Hoy me sumerje y me protege. Siempre me emociona, como si conectara directo con algo adentro que no sé bien que es ni de dónde sale. Intento que no me de vergüenza, porque el mejor y más justo gesto que puedo tener con esa voz es la reconciliación que se merece con la casi o a veces adulta que escribe y piensa como escribe y piensa y que soy yo.

Comments:
Lola,

Su lectura aniñada estuvo muy bien. Logró algo que se llama estilo. Una "aniñación" real, natural, justificada y rememorante de la niñez de todos.
 
me encantó su lectura lola,
quería agradecerle su invitación al encuentro, escribí algo en mi blog, visitelo cuando guste.
 
Quise ir, pero el día de la madre me le impidió. Trataré de estar en el próximo.
Saludos, Lola.
 
Igual que Ignacio, no pude ir. Pero reitero mis ganas de pasar por este encuentro.
Un beso,
 
estuvo muy bien tu cuento marina.

un beso,
 
¡Voz añiñada! Estaré allí la próxima para escucharla... (y no sentirme tan sola con la mía)
 
Lolamaar, la proxima armamos una lectura actuada,...

beso
 
Me gusta como relata sus días... aunque lo hace con una premura... como si las palabras molestaran... como una caminata por Libertad a las 14 hs...

Ah, pero que tonto... si es un Expresso...

Muy bien. Me gustan sus días. Quiero decir...
 
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