
Todos los viernes pasan por la oficina dos muchachos jóvenes, norteamericanos, judíos religiosos, a repartir velas para que cada uno encienda en su casa y celebre el Shabat. Además, entregan una gacetilla o newsletter con prédicas, noticias y buenas costumbres.
Cuando llegan a mi escritorio preguntan: ¿una o dos? Una es si soy soltera. Dos, si fuera casada.
Cada viernes ensayo respuestas de acuerdo a mi estado de ánimo. Viernes de una vela. Viernes de dos. Viernes en que les hago alguna pregunta. O les lanzo alguna afirmación.
La respuesta que más me gusta es: "Una. Gracias. Ojalá pronto sean dos."
...viene a mojarse los pies a la luna...