Una mañana de muy buen humor. Hay sol y la temperatura es casi primaveral. El jefe todavía no llegó, escucho el Album Blanco, salió el nuevo número de elinterpretador, tomo un mate y ayer pasé una noche divertida.
Cena de espíritu contenido y reflexión. Parrilla, papas fritas y vino. Después el porrete (véase post "Las chicas y el sexo") para cortar esa onda y descontracturar a M. que viene demasiado serio y preocupado hace ya varios días. Gracias a los efectos que la sustancia provocó en mi cuerpo (aunque yo insistía que no, porque cómo me cuesta abandonar la racionalidad!) y a la cantidad de pavadas que dije como si las supiera de memoria (la racionalidad al cuerno y "¿Lola estás recitando?" "Noooo M., son dones naturales") logramos que las risas inundaran la habitación y que aunque sea por un rato nos olvidáramos de todas las obligaciones que nos aquejan.
Además, en estos días, contactos, encuentros y planes que también son mimos para el alma. La maestra española me guiña el ojo.
Los lectores de este blog percibirán cierta ciclotimia. No deja de haber ruido. Disonancia. Preguntas. Supongo que así se vive.
Gracias por compartir los vaivenes.
...viene a mojarse los pies a la luna...