Lolamaar

lunes, noviembre 13, 2006

 
El viernes cuando volví de una fiesta escribí esto:
lo que digo es que no puedo escribir un montón de cosas porque ya hay palabras que no van, o personas que leen, como él, o los amigos míos, o la familia, o los conocidos, o no sé, pero toda una serie de cosas que me hacen pensar que expresión esto no es nada, ni espacio libre ni nada de eso, porque cuando vos te creíste que me decías una cosa fuera de lugar porque te molestaba aquello que leías acá en este espacio y vos reclamabas, sin reclamar, porque te molestaba pero no estaba bien que te molestase, digo ¿creías que eso no tenía destinatario? bueno, es que sí, es que no te quiero decir que esté todo calculado, pero un poco acá el asunto es que uno sabe demasiado quiénes nos leen, y esto ya es más una encrucijada que un camino, no sé si se entiende a lo que voy es que cada-una-de-estas-palabras-esta-atravesada-por-un-montón-de-variables-que-hacen-que-esa-palabra-no-sea-ninguna-otra
pero no se entendió que lo que quiero decir es que hay que dar lolamaar por cerrado e inventar alguna nueva o mejor ninguna y a ver entonces en calidad de qué me invitan a leer si finalmente siempre soy aquella que leen muchas chicas en busca de rubios reflejos
cada cosa que escribo acá es mucho más aquello que no puedo escribir

jueves, noviembre 09, 2006

 
Mientras escucho el que ahora es mi tema favorito y recorro blogs al azar de next blog, recuerdo que hace muchos años, cuando comenzábamos a manejar mails y mi papá se lanzó a su primera dirección electrónica, descubrí las mejores crónicas de la vida cotidiana que leí never ever.
Mi papá no sabía manejar la cuestión del correo y yo, cuando quería, lo ayudaba. Un día descubrí los relatos que le enviaba un paciente que se había ido a vivir al exterior. Me hice adicta a esos mails que contaban los detalles de la música nacional que sonaba en autos alquilados manejados en rutas extranjeras. Recuerdo el nombre frío, muy frío, de la chica que le gustaba. Sus temores y sus formas de adaptación. Eran relatos de oraciones cortas, secas, con mucho verbo. Parecían de Carver, quizá. Si encontrara esos mails los compilaría o los publicaría en secreto en un blog anónimo. O no me animaría.
De relato en relato, vuelvo al de ayer. Un personaje mítico aparece en la voz de Ch. cada vez más seguido. Pedro. Alguien que yo podría jurar que no existe pero a quien no dudaría en reconocer si lo cruzara alguna vez. Habla de capoeira, rodas, enfrentamientos con mucho más de cuerpo que de palabras (pero cuánto de retórica...?). Pienso en performance (porque yo soy tan educada... -hasta el hartazgo). Ch. habla de Pedro y yo -no es la primera vez- pienso en algunos relatos gauchescos. Quizá Moreira: el que no muere nunca hasta que muere. O el que muere sin morir. Pedro llama a las personas por lo que son y maneja una verdad que es de temer. Mientras muchos tenían apodos al menos camaleónicos, a Ch. le dedicó uno muy breve pero que encierra el absoluto. En el extremo ya hay algo que habla de él, más allá del sentido literal primero.
Me pregunto cómo sería para mí encontrar un personaje así. Y qué nombre me pondría.

 

Sigue dando vueltas...
A LA ORILLA
Este sábado, 11/11, a las 14 hs.
MALBA - Cine
Av. Figueroa Alcorta 3415

Y también...
Jueves 16/11, 18.30 hs.
Cine Gaumont - Espacio INCAA Km 0
Av. Rivadavia 1635
Festival DIVERSA
Sección Competitiva Cortos Argentinos

martes, noviembre 07, 2006

 
Justo en un día que juraría no poder enseñar nada a nadie, se multiplican las experiencias pedagógicas. Llegan buenas repercusiones de la lectura-charla de ayer en la Escuelita de publicitarios y mañana vuelvo al encuentro de adolescentes en una tarea que lleva mes y medio de trabajo.
En las caras de ayer veo una escucha atenta a mis palabras. Encuentro respuestas a preguntas que no son demasiado sencillas, como un test que me ubica en lugares que todavía cuesta asumir.
Igual, todo se construye/destruye y hoy a la mañana sólo hubiera necesitado que alguien junte mis pedacitos para armar otra vez.
Llegó al mediodía con sabios consejos y mimos express que cambiaron los colores del día.
La nostalgia vive en youtube. Basta poner daft punk + buenos aires para recuperar las sensaciones de intensidad que ahora extrañamos tanto. Esas luces que me devuelven un corazón que late a ritmo nuevo y que vive como nunca antes. Ayer dije que me daba miedo depender afectivamente de alguien. Por momentos vamos a velocidad extrema pero también encontramos un buen paso a paso que sirve a bases sólidas. Lo bueno es que parece que todavía falta lo mejor. Y que eso quizá no es (sólo) cuestión de tiempo.

lunes, noviembre 06, 2006

 
¿Qué pasó? Surgió un posible cambio que un poco esperaba pero ahora hay que decidir-encararunareunión- plantear el cambio y me agarra una angustia terrible.
Encima empezó la semana y parece que a él se le pasó el tonito romántico de estos días. Y yo que soy así: de querer untarme al oído sólo palabras dulces.
Intentaré una buena noche. Aunque ahora no tengo muchas fuerzas.

 
Los fragmentos no alcanzan a ordenarse para recuperar una de las mejores noches en años, en todos los años. Si quisiera escribir una crónica ordenada en el tiempo, en un momento se haría imposible y comenzaría a inventar. Recuerdo y no recuerdo. Ahora miro en youtube videos del show, igual en todas partes, y en la oficina creen que estoy loca.
Recuerdo las luces, los saltos, los besos. El cuerpo yendo solo. El momento en que moví la cabeza y sentí que solita ella se me iba cincuenta metros y volvía. Ahí comprendí que empezó todo. Las luces otra vez. Las luces distintas cada vez que miraba al escenario. Mirá, mirá. Había que decirle al de al lado. Y cada vez era un juego distinto. La pirámide encendida, o el fondo, o el fondo y la pirámide, o lo de adelante. Un show tremendo. Bailar con los chicos. Bailar con vos. Bailar y bailar, hasta que sólo así, podamos calcular la nueva medida de las cosas. Y las cosas se hicieron nuevas, las medidas novísimas. Nada de lo que había sido hasta ahora nos alcanzaba. Palabras de amor para todos, para vos y para mí desde las estrellas. Y fuimos por más. Palabras para los amigos que no estaban, milagro celular mediante.
Hicimos una ronda y yo entonces dije por qué estar así no puede ser una vocación. ¿Cuál es tu vocación? Y responder, bailar y bailar, hasta que sólo así podamos calcular la nueva medida de las cosas; hasta que amanezca; hasta que las piernas digan basta; hasta que la posibilidad de dormir en una cama sea mejor que el pasto húmedo; hasta dejar de querer moverme para dormir entre tus brazos, en silencio y sin nadie más; bailar y bailar, esa música que no puede escucharse si te quedás quieto; y brillar, como brillaban los ojos negros, los marrones, la piel húmeda. Y la seguridad de que todos los verbos cerca tuyo pueden ser la mejor vocación.

sábado, noviembre 04, 2006

 
Desde hace días me lloran y me duelen los ojos. Me cuesta leer. Me lavo la cara después me baño pero sigue doliendo.
Una amiga va a una fiesta en mitad de la semana y se pasa se pasa se pasa no duerme por más de treinta o cuarenta horas creo y no sabemos por qué pero se siente mal y nos preocupamos un poco no tanto. El que sabe le habla y acierta. Se tranquiliza ella duerme y al día siguiente se siente mejor.
Gente que quiere la gente que quiero se está por morir. Cunden las enfermedades en los de sesenta y pico. Los niños pasan ciertos riesgos pero se salvan.
A mi alrededor embarazadas y casamientos. Precios de alianzas (¿quinientos pesos las más baratas?) y proyectos de bebé si todavía que no están en la panza. Aborrezco los almuerzos en la oficina, las conversaciones de mujeres que me miran como si yo fuera rara por conversar con los varones de música y las fiestas de noviembre.
También cerca mío él se pone loco por las obligaciones académicas y a mí me agarra esa cosa de relativizarlo todo: nada de esto es importante. Ganas de decirle ¿a vos no te importaba cuando caían las bombas y ahora si promocionás o no? Nada de eso importa. Ni siquiera cuando me saqué un dos. Y eso que yo misma soy lo que más me importa en el mundo. Pero nada de lo que puede pasar en los próximos días, más allá de los nacimientos y las muertes, los pasajes guardados en el cajón, es demasiado importante. Lo que quiero decir es que relativizar eso quizá ayude a mejores resultados. Y sino seguro y en todo caso, la vamos a pasar mejor. Hoy a la noche. Saltando. Y cuántas ganas de bailar y olvidarlo todo. Que hay que estudiar y todo.
Bailar y bailar como si sólo así
pudiéramos calcular
la nueva medida de las cosas.

viernes, noviembre 03, 2006

 
Tengo un amigo que es un héroe.
Entre todos, casi sin saberlo, como un acuerdo tácito, vivimos para contarla, y en eso, salen cosas así.

 
Leo el último post de perrodeaguas y pienso:
Debe ser que vivo en un puro presente,
porque aunque busco
-lo juro-,
no encuentro ningún recuerdo,
ningún relato de ayer.

jueves, noviembre 02, 2006

 
Antes de ayer me encontré con una amiga a la que no veo demasiado y con la que hablo poco. Me dijo que justo se había acordado de mí, de mi último llamado, de que me llamó, yo no estaba y que no me llamó más. Justo unos minutos antes de cruzarme en la calle venía pensando en eso. En que teníamos que hablar. En que iba a llamarme esa misma noche o quizá mañana... Y entonces le toqué el hombro.
Ayer al mediodía vi a una amiga de unos amigos a los que no veo desde hace tiempo. F y G, una de las parejas equipo. Vi a la amiga de ellos con una mujer que evidentemente era su madre y con un cochecito que llevaba a una beba que evidentemente era su hija. Entonces me pregunté por F., si andaría bien con G., si ya estaría embarazada (¿por qué no?), cómo andarían los dos, juntos y cada uno, por sus pagos juninenses. A la noche, cuando abrí mi casilla de correo, me encontré con un mail de F. que invita a su cumpleaños, fiesta con DJ y tragos, este sábado en la quinta de Junín, para celebrar su treinta y pico y las veinticinco semanas de embarazo.

miércoles, noviembre 01, 2006

 
Ahora hay que esperar. Guardar los pasajes en el cajón y cada tanto acordarse que faltacadavezmenos para los días en la playa. Los sábados me pongo protector para que el sol del balcón no dañe mi piel y cuando despierto al chico él pregunta dónde estuve, como si todavía estuviera -él- soñando y yo viniera a despertarlo recién salida del mar. Pequeños simulacros de verano y hasta entonces mucho por hacer y todavía más por ahorrar.
Protector solar y canciones en portugués.
En noviembre, las fiestas y todo lo que hay que leer para escribir.
Ayer ni me enteré de Halloween. Idas y vueltas al centro hasta por fin tener conmigo los pasajes. Después una paradita en Marks para una limonada y tomar unas notas en el cuaderno que viajó a Nueva York. Justo llegó el mensaje "buenísimo ahora a empezar a viajar...", y ese cuaderno es un poco eso. El acento español y los idiomas extraños de Palermo también.
Un poco más acá una chica con caradeactrizdealmodovar toma café con un chico que es tremendamente falto de onda. Más allá un hombre le hace upa a un bebé de pocos meses. Merienda y alterna en la boca de su hijo el chupete y su propio dedo. Leo sus labios. Le dice "te amo" al oído, varias veces.

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...viene a mojarse los pies a la luna...

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